El mercado lácteo venezolano experimenta un cambio de tendencia: la leche en polvo y UHT pierden terreno frente a la demanda sostenida del queso, un alimento básico para las familias.
El mercado lácteo venezolano está experimentando una notable transformación en los hábitos de consumo, un reflejo directo de la situación económica del país. Los datos recientes muestran una clara disminución en la demanda de dos productos que históricamente han sido esenciales para los hogares: la leche en polvo y la leche UHT. Este cambio de tendencia es una señal de cómo los consumidores están adaptando sus decisiones de compra a una realidad de altos precios y bajo poder adquisitivo.
A diferencia de la leche líquida y en polvo, el queso ha logrado mantener su posición como un pilar en la dieta venezolana. Su consumo se mantiene robusto, e incluso se ha consolidado como el producto lácteo favorito entre los consumidores. Esta preferencia se debe a su percepción como un alimento más sustancioso, versátil y, en muchos casos, más accesible en términos de precio por porción que otras fuentes de proteína disponibles en el mercado.
La caída en el consumo de leche en polvo y UHT puede atribuirse directamente a la escalada de sus precios, que a menudo superan la capacidad de compra del salario promedio. El costo de una bolsa de leche en polvo o de un litro de leche líquida representa una parte considerable del presupuesto familiar, lo que ha llevado a muchos consumidores a buscar alternativas más económicas o a reducir su ingesta.
Esta reconfiguración de la demanda tiene importantes implicaciones para la industria láctea venezolana. Los productores y las empresas procesadoras se ven obligados a ajustar sus estrategias, posiblemente aumentando la producción de queso para satisfacer la demanda del mercado interno y encontrar nuevas vías para colocar la producción de leche fluida. El desafío es adaptarse rápidamente a un consumidor que prioriza la eficiencia y el valor nutricional por encima de la conveniencia.
En conclusión, el mercado lácteo de Venezuela se encuentra en un momento de redefinición. La resiliencia del consumo de queso demuestra su arraigada importancia cultural y económica. Por otro lado, la disminución en la compra de leche en polvo y UHT subraya la necesidad de que la industria comprenda y responda a las nuevas prioridades de los consumidores. Este panorama es un claro ejemplo de cómo la dinámica económica puede transformar drásticamente los patrones de consumo.
Fuente: El Impulso