La reciente manifestación de los veterinarios ante el Ministerio de Agricultura, en contra del Real Decreto de uso y dispensación de medicamentos, que entró en vigor en julio de 2023, ha reactivado el malestar de los ganaderos, «que llevan tiempo quejándose de que se impide a los profesionales de la sanidad aplicar tratamientos adecuados».
Según han trasladado a ASAJA-Palencia en los últimos días propietarios de explotaciones ganaderas de la provincia, los profesionales —especialmente los de vacuno, por los problemas de mamitis— «llevan años asistiendo a un incremento en la mortalidad de las ganaderías y a un aumento de varios puntos en las tasas de reposición». Más allá del daño económico, denuncian que la normativa actual va en contra del pretendido bienestar animal que se persigue.
Los ganaderos y ASAJA han expresado su apoyo a los veterinarios, pero lamentan que «hayan empezado sus protestas y movilizaciones cuando la normativa se empieza a exigir entre los animales de compañía, y los profesionales de la salud animal también se ven maniatados al tratar a las mascostas».
Sin embargo, este problema de impedir tratamientos y prácticas que tradicionalmente han demostrado su eficacia ya vienen padeciéndose en las ganaderías. La burocratización, con la exigencia de antibiogramas cuya tramitación lleva cierto tiempo, acaban por agravar los problemas sanitarios de los animales e incluso ocasionar la muerte del animal en el tiempo que llegan los resultados y se decide cómo actuar.
PIDEN QUE LAS PROTESTAS VETERINARIAS SE REPLANTEEN TAMBIÉN PARA LA GANADERÍA
Los ganaderos están demostrando su responsabilidad y compromiso en el uso racional de los medicamentos para los animales, así como en la vigilancia escrupulosa de los tiempos en los que no pueden comercializarse productos de animales tratados.
Los profesionales, con el respaldo de ASAJA-Palencia, reclaman que esta movilización veterinaria se aproveche para replantear la normativa no sólo para los animales de compañía, sino para la ganadería, cada vez más sometida a la presión legislativa y burocrática.
MÁS REPOSICIÓN
Hay ganaderos palentinos que, desde la entrada en vigor del actual real decreto, «han visto incrementar su tasa de reposición de animales del 25 al 33%, ocho puntos de diferencia elocuentes de ese efecto contraproducente. Más allá de los perjuicios económicos para la rentabilidad de la explotación, ¿qué pensaríamos de una normativa de antibióticos para las personas que acabase elevando la mortalidad en ocho puntos en menos de dos años de aplicación?», se preguntan desde ASAJA.
Para finalizar, consideran que «no deja de ser incoherente la actitud del Ministerio a raíz de las recientes protestas (y de un episodio de un perro que ha fallecido esperando el antibiograma), anunciando a la agencia Efe que no se multará a los veterinarios que, para salvar la vida, apliquen el antibiótico sin esperar a ese resultado. Entonces, ¿en qué quedamos?, se preguntan nuestros ganaderos: ¿dejamos al veterinario que actúe a su criterio, o le empujamos al antibiograma en cualquier situación? ¿O es que sólo nos importa la muerte y la sanidad animal de las mascotas? Da la sensación de que sí», afirman desde ASAJA Palencia.