“Nos presionan con controles excesivos para que no trabajemos”, explica Leonardo Guercio, propietario del conocido Tambo Guercio que hasta hace poco solamente funcionaba en Guaymallén y ahora abrió una nueva planta en El Borbollón, Las Heras.
La historia de la familia Guercio es una de compromiso con la actividad lechera desde hace más de tres décadas. Leonardo es tercera generación de tamberos y todos los días se encarga de llevar adelante la empresa y controlar los dos turnos de ordeñe que sus vacas tienen durante el día. Uno a las seis de la mañana, el otro a las seis de la tarde.
Pero la tradición muchas veces no es suficiente para sostener un negocio en el tiempo. Para este tambero mendocino -uno de los poquísimos que existen en la provincia-, su empresa no podrá seguir adelante si los organismos de control, dice, no dejan de insistir con presionar a los emprendedores pequeños -como es su caso- y hacer la vista gorda con los más grandes.
“Cuando ven que trabajamos más nos mandan inspecciones para complicarnos”, dice Guercio y agrega: “Acá en Mendoza solamente hay tres tambos debido, justamente, a los altos controles. En provincias como San Luis no pasa lo mismo”.
Así, lo que parece ser simple consecuencia de oferta y demanda -como la falta de leche en las góndolas de los supermercados- o de razones vinculadas la existencia de un clima propicio para el desarrollo de la actividad -como la casi inexistencia de tambos en Mendoza- en realidad se debe, al menos según indica Leonardo Guercio, a decisiones políticas.
En efecto, hace poco más de un mes el tambo que dirige Leonardo fue objeto de múltiples controversias tras ser intimado por la Municipalidad de Guaymallén para reformar su modelo de comercialización y comenzar a usar un método de envasado más costoso. Algo que finalmente se echó atrás.
Mirá el video y recorré la nueva planta de Tambo Guercio, revisá cómo funciona, el método que utilizan para hacer quesos y escuchá las declaraciones completas de Leonardo Guercio.