Está negociando con el fondo de inversión BAF Capital, uno de sus mayores acreedores y que además en 2016 le compró su negocio de postres y yogures (Arsa) en asociación con Vicentin.

La cooperativa láctea SanCor continúa trabajando en su plan de reactivación para recuperar el terreno perdido y en este marco está negociando con el fondo de inversión BAF Capital, uno de sus mayores acreedores y que además en 2016 le compró su negocio de postres y yogures (Arsa) en asociación con Vicentin, para que, justamente, reincorpore esta unidad a su estructura con el objetivo de potenciar la puesta en valorización del grupo.
La venta de su unidad de postres y yogures por u$s100 millones en 2016 fue quizás el principio de la debacle para la cooperativa láctea que llegó a tener bajo su órbita a más de 17 plantas industriales. En aquel momento, presionada por sus millonarias deudas, vendió su joya más valiosa -y rentable-. Hoy en el mercado señalan que Vicentin fue simplemente un “fronting” en la operación porque la inyección de dinero vino directamente del fondo de inversión BAF Capital. Ahora, con el concurso de acreedores de la agroexportadora en marcha, el fondo de inversión salió de las sombras para tomar las riendas del negocio lácteo.
Según explican fuentes del sector de las finanzas consultadas por Ámbito, BAF Capital hoy no es sólo acreedor de SanCor, sino también de la propia Vicentin. “Necesita llegar a un acuerdo para que la empresa láctea vuelva a funcionar porque está muy expuesto financieramente, entonces, nada mejor que reincorporarles el negocio de postres y yogures que representaría una inyección en su facturación mensual de alrededor de u$s1 millón. Es una manera simple de asegurarse el repago de la deuda. Al mismo tiempo, se ahorra costos logísticos y puede cerrar acuerdos con productores para comprar materia prima”, explican.
En paralelo, en SanCor continúan trabajando en la elaboración de un fideicomiso a través del cual le ofrecerían la posibilidad de capitalización de deuda a sus acreedores. Aquí además de BAF Capital se encuentra el banco holandés ING, en total la deuda con ambos asciende a alrededor de u$s150 millones.
La láctea también tiene deudas por poco más de $6.000 millones con la AFIP y otras reparticiones públicas, pero, gracias a la moratoria que lanzó recientemente el Gobierno, esta situación ya está encaminada para comenzar a saldarse. En tanto, el Acuerdo Preventivo Extra judicial (APE) que rubricó hace más de un año con proveedores, exempleados y el gremio, sigue en marcha y cumpliéndose a pesar de la delicada situación financiera de la firma.
En este marco, según pudo averiguar Ámbito, una vez que la empresa láctea termine de conformar el fideicomiso -con la aceptación de sus acreedores- el Gobierno estaría dispuesto a inyectar fondos a través de créditos productivos.
SanCor necesita de dinero fresco para comprar más leche, producir más y en particular apunta a recuperar el terreno perdido en el negocio de los quesos. “Esperamos que el fideicomiso esté funcionando cuanto antes y a partir de ese momento salir a buscar fondos para crecer en producción y que la empresa deje de ser deficitaria. Afortunadamente hoy vemos un cambio de era, tiempo atrás la cooperativa estuvo a punto de desaparecer porque desde el Gobierno de Mauricio Macri fomentaban su desguace. Actualmente todo parece indicar que estamos nuevamente en un camino hacia la recuperación”, explicaron desde el gremio lácteo.

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