Cada vez hay más bebés que desarrollan alergias a una proteína de la leche de vaca. Los tratamientos son con fórmulas costosas y por eso es que desde dos universidades públicas se propusieron investigar las propiedades de la

leche de burra como alternativa sostenible y económica a ese problema.
La iniciativa de profesionales de la Universidad Nacional de Villa María y de la de Río Cuarto obtuvo una beca en el marco del programa “Salud Investiga”, lo que permitirá caracterizar las propiedades alimentarias de la leche de burra.
Melina Pietrani, veterinaria y docente del Instituto de Básicas de la UNVM, encabeza junto a su par de Río Cuarto, Luis Losinno, el proyecto.
“Hace tres años empezamos a poner interés en los burros, tanto por la reproducción como por las aplicaciones que puede tener y en ese contexto es que surgió esta línea de investigación que propone caracterizar las propiedades de la leche de burra, para que pueda ser utilizada como alimento humana, especialmente en aquellos niños que tienen alergia a una proteína de la leche de vaca”, dijo Pietrani a El Diario Rural.
El tema no es menor, porque aumentó significativamente la cantidad de casos de bebés que desarrollan esa alergia. “En pocos años pasó de ser una afectación del 0,2% de los niños de menos de un año al 1,2%”, explicó la profesional.
Ante esa problemática existe un tratamiento, que es eliminar todos los alérgenos de la dieta. En su remplazo, hay fórmulas complejas de alto costo y “poco palatable”, es decir, que son rechazadas por su sabor por la mayoría de los niños.
Pero la buena noticia es que hay un remplazo natural, al que le han echado mano en el campo de manera informal, pero que, en caso de que pueda comercializarse, permitirá que todos los que tienen esa alergia, encuentren una alternativa natural y más económica.
“La leche de burra es efectiva como sustituto a esas fórmulas y tiene más similitudes con la leche humana que la de los rumiantes”, explicó Pietrani.
“La diferencia es que tiene menos lípidos, es decir, menos energía”, señaló.
Por otra parte, en las investigaciones que se han hecho en el mundo, principalmente en Europa, encuentran que es de agradable sabor con una aceptación del 98%.
¿Y por casa?
En Argentina, no hay estudios avanzados sobre el tema. Es más, ni siquiera está incluida la leche de burra en el Código Alimentario.
Es por eso que plantearon esta línea de investigación. “El proyecto que presentamos para la beca se divide en dos estaciones. Por un lado, en Río Cuarto, donde tienen las burras y las ordeñan; y por otro lado, en Villa María, donde tenemos el equipo para hacer el estudio de la composición de la leche de burra”, señaló Pietrani.
“Además, no hay ningún estudio que determine las características de la leche de burras argentinas. Todo lo que se sabe es del exterior y en Sudamérica, el único país que lo desarrolló es Chile”, indicó la profesional.
Aspiran que con el trabajo de investigación puedan lograr la incorporación del producto en el Código Alimentario.
“También es un objetivo de nuestro estudio, poder darle herramientas a pequeños productores para que la produzcan y conserven en forma correcta”, señaló, indicando que es más común la existencia de burras en zonas áridas, donde la mayoría de los productores tienen pequeños establecimientos. Para ordeñar burras, hay pocos elementos desarrollados. De hecho, en Río Cuarto pasan por la manga de las yeguas y son ordeñadas con equipos diseñados para cabras y adaptados para ese fin.
La beca es por un año, comenzando desde éste mes. “Estamos muy contentos por haberla obtenido y esperamos hacer un aporte a tantos bebés que tienen esa alergia”, concluyó la docente de la UNVM.
Investigadores
De la UNVM: Melina Pietrani, Carlos Berra, César Bonetto, Alberto Rampone, Maximiliano Lamberti y Rocío Giusio.
De la UNRC: Luis Losinno, Carolina Alonso y Ana Flores Bragulat.

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