El presidente de Aproval, Bruno Rubilar, advierte que la estrategia de "victimización" por parte de los productores lecheros ya cumplió su ciclo.

Cuando uno revisa las informaciones sectoriales alrededor del mundo, se observan dos fenómenos: por una parte, una permanente tensión entre productores de leche y sus poderes de compra y, por otro, escasean las noticias que hablen de una temporada buena para el productor.
Esta estrategia de victimización permanente del “lechero” no ha sido la excepción en nuestro país. Durante años las organizaciones gremiales hemos caído en el juego de asumir que nuestros clientes naturales —las empresas elaboradoras— son nuestros enemigos y, con la misma falta de transparencia que reclamamos a la industria láctea para determinar el precio, escasean las noticias que hablen de una temporada de “vacas gordas” para los productores.
Es como si esta esta actividad fuera solo para gente destinada a sufrir en un negocio permanentemente malo, pero después nos quejamos porque el banco no nos presta plata para nuestros proyectos o inversiones.
En los últimos años, como organización gremial de productores de leche, hemos invertido no pocas horas en sentarnos a analizar y reflexionar acerca de este fenómeno y hemos concluido que esta estrategia de victimización del productor que nos ha acompañado desde siempre ya cumplió su ciclo.
Creemos que nuestra mirada del negocio y nuestro rol como organizaciones de representación debe tomar una orientación distinta, lo que no significa renunciar a monitorear el comportamiento del mercado y a hacer presente los problemas y canalizar las eventuales vulneraciones a la normativa cuando corresponda.
En este sentido, la experiencia reciente nos indica que no podemos entregar nuestros temas de interés a terceros que tienen su agenda propia y que levantan nuestras banderas con objetivos personales que no siempre están alineados con los nuestros, llegando incluso a generar impactos negativos para toda la cadena o a exacerbar un clima de confrontación entre productor e industria que no contribuye a avanzar.
Conscientes de este nuevo rol que nos demanda el quehacer gremial, desde Aproval hemos propuesto una agenda en la cual el productor se transforma en protagonista de su futuro, a partir de una adecuada gestión económica y productiva de su empresa, para lo cual hemos estado apoyando con herramientas tecnológicas y mucha información para comprender adecuadamente el funcionamiento del mercado.
Además, el Consorcio Lechero, en su rol de articulador de los principales actores de la cadena, se ha transformado en el espacio natural para interactuar con la industria láctea y darle una mirada de futuro a esta apasionante y estratégica actividad productiva.

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