El mejor precio por litro de leche en tambo se registró en la zona central de Santa Fe, con 31,6 pesos; el segundo puesto correspondió a Entre Ríos, con 30,6 pesos y el noreste de Córdoba ocupó el tercer escalón, con 30,3 pesos.

En junio aumentó la rentabilidad para los productores lácteos, de acuerdo a estadísticas oficiales. En ese mes, el precio recibido por los tamberos fue de 31,3 pesos mientras que el costo de producción llegó a 30,25 pesos. De esta manera, la mejora fue de 1,84%.

En el informe mensual elaborado por el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), el organismo destacó que durante el primer semestre del año, la rentabilidad del tambo promedio se neutralizó en marzo y en abril se torna levemente positiva. El panorama negativo empezó a revertirse en mayo y junio, con tasas positivas de 1,5% y 1,8%, respectivamente. “Cabe aclarar que hay algunas regiones con rentabilidad negativa en los últimos once meses”, consignó el trabajo.

En relación a los números de julio, remarcaron que hay expectativas de una mejora en los precios que reciben los tamberos. Un dato que apoya esta previsión es que la caída en los precios de soja y maíz impulsará la rentabilidad, a partir de la mejora en la relación de precios de la leche y la reducción del valor de los alquileres, entre otras variables.

Según el organismo, el mejor precio por litro de leche en tambo se registró en la zona central de Santa Fe, con 31,6 pesos; el segundo puesto correspondió a Entre Ríos, con 30,6 pesos y el noreste de Córdoba ocupó el tercer escalón, con 30,3 pesos. En el otro extremo de la escala, el valor más bajo se encontró en el oeste bonanerense, con 27,9 pesos por litro.

El cierre de las exportaciones de carne vacuna, anunciado por el Gobierno nacional a finales de mayo, también impactó en la actividad. En este punto, queda por medir –de acuerdo al OCLA- cuál es el real impacto en la baja del precio de la vaca de descarte, que si bien “no han sino tan fuertes de acuerdo a lo previsto, pero afectaron en cierta medida el recupero por venta de carne”.

En los remates del Mercado de Liniers, esta decisión impactó de lleno en la cotización de todas las categorías de vaca, que sufrieron derrumbes de hasta 30%, mientras que la hacienda de consumo se mantuvo firme durante todo este período, más allá de una leve baja. Otro aspecto que informaron fue la alta dispersión de costos, precios de equilibrio y rentabilidades entre estratos productivos y entre regiones.

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