No vamos a abordar cuestiones morales o éticas, esa discusión es más compleja y difícil de abordar. Hablemos de negocios, que si bien no son los más importantes que realiza el país, tienen a Rusia como un destino de lácteos y otras economías regionales.
Los dos últimos años nuestro país le vendió a Rusia lácteos por casi 100 millones de dólares.
En 2020, la Argentina exportó a Rusia productos por U$S 455,2 millones. Unos U$S 109,3 millones fueron de carne y cueros bovinos, U$S 97,8 millones de lácteos, U$S 70,8 millones del complejo pesquero y U$S 65,1 millones de peras y manzanas, entre otros productos.
En 2021 la Argentina le vendió a Rusia productos por U$S 414,5 millones. De eso, entre otros rubros, U$S 94,1 millones fue de lácteos, 84,4 millones de dólares fue de carne y cueros bovinos, U$S 68,7 millones del complejo pesquero y U$S 50,6 millones del maní, entre otros.
Y el 2022 había comenzado con buenas oportunidades de negocios, hace pocos días se realizó la Feria Gulfood de Dubai, y varios empresarios cerraron negocios, aun cuando ya se veía venir el conflicto.
Hasta ese momento no había demasiada preocupación, porque si bien se sabía que podía haber dificultades con la logística se podría exportar. “Siempre se puede triangular; cuando no se podía comercializar a China, se hacían llegar los barcos vía Hong Kong o Taiwán. Los negocios van a seguir”, comentaba un empresario en los días preliminares a la guerra.
En ese momento, no estaba en el radar la exclusión de los bancos rusos del sistema Swift, que genera una traba difícil de sortear para canalizar los pagos. Ese punto es hoy uno de los principales temores para los exportadores.
Sin lugar a dudas los más complicados son aquellos que tienen mercadería en tránsito, ya que las rutas marítimas todavía funcionan, sobre las que no hay certeza de si se podrá cobrar ante esta exclusión de Rusia del sistema financiero.