“Así no podemos seguir. No se puede entender tanto ensañamiento con nuestra empresa. No damos más. Fue una gota que rebalsó el vaso, que sea lo que Dios quiera”.
Con esas fuertes palabras, Arturo Díaz, apoderado y director técnico de la fábrica Lácteos Vidal, ubicada en Moctezuma, a 30 kilómetros de la localidad bonaerense Carlos Casares, explicó lo que la usina láctea viene padeciendo hace 15 días por parte de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), donde el gremio bloquea la entrada y mantiene imposibilitado el ingreso del personal de la empresa.
En las últimas horas, voceros de Atilra difundieron una “carta abierta a los periodistas” de 21 operarios de la firma láctea con su postura. “Nosotros estamos acá en forma pacífica y pública, reclamando nuestros derechos, ejerciendo las herramientas constitucionales que nos amparan”, señalaron en la carta. Agregaron: “Todo ello a la vista, sin bloquear propiedades ni rutas, y sin ocultar siquiera nuestros propios rostros. Uds. deberían venir a ver lo que está sucediendo antes de difundir falsedades que nos involucran y nos dañan”. En la misiva hablan de “mentiras” y apuntan: “La empresa se niega al diálogo y advirtieron que no se sentarán a negociar”.
Ante esta acusación, Alejandra Bada Vázquez, dueña y a cargo de la empresa, señaló: “Estamos acostumbrados a que esta gente diga cualquier cosa. Tenemos denuncias penales presentadas. Si hay Justicia, todo va a salir a la luz. Ahora lo único que se puede ver es una realidad que ningún empleado en la puerta de entrada a la planta, reclamando nada, solo gente que nada tiene que ver con la firma y que afecta la tranquilidad de un pueblo”. Añadió: “Confiamos que la Justicia va a aplicar la ley y así la empresa volverá a trabajar, como funcionaba antes de semejante bloqueo sangriento e injusto”.
Según comentó el apoderado y director técnico de Lácteos Vidal, el 18, 19 y 20 de julio pasado el gremio decidió de manera intempestiva realizar un bloqueo “con la excusa de una nueva enmarcación de las categorías por antigüedad de los trabajadores”.
En ese contexto, el 20 del mes pasado, el Ministerio de Trabajo dictó una conciliación obligatoria que venció el martes pasado y ahí fue que el sindicato volvió a proceder con la misma medida. “En el sector lácteo no existe tal enmarcación, la enmarcación es por la actividad que desarrolla cada trabajador en cada sector de la planta”, explicó el director.
“Nunca nos atrasamos un día de pagar los aportes, los sueldos ni las cargas sociales. Es algo personal, porque nadie en la historia se animó a ir contra este sindicato. Nosotros fuimos contra un delegado y ganamos y les quedó la sangre en el ojo. Fue un precedente que les dejó una bronca muy grande”, dijo.
“En esta actividad, por miedo, la gente siempre termina cediendo pero yo me pregunto ¿hasta cuándo vamos a seguir cediendo? Es una empresa familiar y estamos muy cansados de los constantes aprietes y de las amenazas a nuestros empleados que quieren venir a trabajar pero tienen miedo a hacerlo. Al encargado de la planta lo amenazaron y le cascotearon su casa a las tres de la mañana”, añadió.
Díaz hace 27 años que trabaja en la empresa, donde en total son 45 empleados de la campaña láctea que procesa 150.000 litros diarios. En este escenario difícil que atraviesan, se mostró agradecido a sus colegas que cubrieron sus baches a pesar de que están siendo también intimidados.
“Los amenazaron que si alguno nos da una mano y nos reciben un camión de leche, les van a cortar la fábrica a ellos también. No somos partidarios de tirar un solo litro de leche, sobre todo en el momento que estamos viviendo en el país, donde la pobreza y la falta de trabajo es acuciante”, enfatizó.
Para Bada Vázquez, lo que está pasando “es una injusticia”. Contó: “Es un ataque a la propiedad, al derecho a trabajar, es descabellado porque el gremio no sabe ni qué reclamar. Esto lo creó mi padre, Vidal Bada Blanco (hoy tiene 84 años), y mi madre Alicia Vázquez. Mi padre es un inmigrante español que en 1961 llegó a la Argentina y no tenía ni donde dormir. De hecho durmió en el banco de una plaza de Villa del Parque, hasta que consiguió trabajo en una fábrica de mozzarella. Luego se puso a revender esa mozzarella y cuando se casó con mi madre, juntos en el 1975 comenzaron en Villa Devoto a reamasar masa de mozzarella comprada de Luján”.
“En 1981, con mucho esfuerzo y endeudándose compraron un campito y al poco tiempo una fabrica láctea fundida acá en Moctezuma, así empezaron. Es una injusticia, a esta gente que no le importa el sacrificio de los demás ni les importa arriesgar el trabajo de todos. Si esto sigue así, lamentablemente vamos a tener que suspender personal e incluso echar. No puede ser que nadie tome cartas en el asunto cuando está en riesgo tantas fuentes de trabajo”, cerró la productora.
En la carta de trabajadores que difundió Atilra, además de negarse los bloqueos se señaló: “Los violentos antecedentes por parte de la empresa Lácteos Vidal están fehacientemente constatados. Hubo uso y exhibición de armas de fuego para amedrentar compañeros por parte de uno de los dueños; la embestida con un camión de reparto conducido por otra de las dueñas dañó el portón de entrada y provocó la caída violenta de compañeros presentes; el despido de un delegado en violación a la ley, hoy reinstalado por decisión de la justicia, la forma sistemática de cambiar bajo algún pretexto acuerdo del convenio, cuando la ley no deja librada tales cuestiones a la voluntad de las partes, son muchas de las arbitrariedades a que nos somete la patronal”. Ante esta acusación, Bada Vázquez la negó. “Por supuesto que no; somos gente de trabajo”, contestó.
Apoyo
En un comunicado, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) se refirió a la situación por la que atraviesa la empresa láctea. Dijo que la entidad ve “con profunda preocupación, y repudia los actos de vandalismo y bloqueo en la planta de Lácteos Vidal, sita en Moctezuma, Carlos Casares”.
“El estado de indefensión que se manifiesta en estos ciudadanos argentinos que invierten, producen y generan puestos de trabajo para la comunidad es alarmante. Leche que no se puede entregar a la planta ni procesar, dueños de la planta presos en su propio establecimiento por no poder salir del mismo por instancia de los sindicalistas del gremio lechero, empleados amenazados por gremialistas fuera de sí, y la justicia que no actúa”, señaló Carbap.
“La falta de diálogo para resolver estos problemas gremiales, la lentitud de la justicia para resolver estos conflictos, la ausencia del Estado, sus secretarios y ministros para dirimir estas situaciones y las acciones desmedidas de los sindicalistas no aportan a poder seguir construyendo e industrializando la ruralidad que tanto se pregona”, agregó.
En tanto, la Sociedad Rural de Carlos Casares, el Centro Industrial y la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de esa ciudad expresaron su “enérgico repudio”.
“No nos compete tomar partido del problema existente que de hecho desconocemos, pero sí condenamos la metodología con la que se lleva a cabo el reclamo por parte de la gremial que nuclea a los trabajadores”, dijeron.
“La empresa ha denunciado públicamente el hostigamiento, que además de bloquear el normal funcionamiento de su fábrica, se realizan amenazas, hechos vandálicos contra la propiedad y fustigando a aquellos empleados que no están de acuerdo con la medida y pretenden asistir a su lugar de trabajo. El derecho a ejercer industria lícita, el derecho a trabajar y el derecho a la protesta está garantizado por la Constitución Nacional y tienen su marco legal en distintas leyes y convenios”, indicaron.
En tanto, la Asociación de Industriales de la Provincia de Buenos Aires (ADIBA), junto a la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) y la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA) repudiaron “enérgicamente el accionar durante el bloqueo en la planta de Lácteos Vidal en la localidad de Moctezuma, partido de Carlos Casares”.
“Los actos de vandalismo y patoterismo, sumados a los agravios personales que está sufriendo la empresa y los propietarios de Lácteos Vidal, no son acordes al accionar que debemos pretender en una Provincia y un País, donde deseamos que prime el respeto, el diálogo, la justicia y la producción”, expresaron las entidades en un comunicado.
Añadieron: “Leche que no se puede entregar ni procesar, leche que se pierde en una Argentina con hambre, trabajadores sin poder ingresar a sus puestos laborales, empresarios presos del patoterismo en consonancia con una justicia que no dirime, ausencia del Estado en el conflicto y el accionar desmedido por parte del sindicalismo, son los síntomas de una Argentina donde cada vez es más difícil producir”.