Si se atiende únicamente a los precios que reciben por su materia prima, este año está siendo, con mucha diferencia, el mejor que recuerdan los ganaderos de Deza y Tabeirós-Terra de Montes.

Si se atiende únicamente a los precios que reciben por su materia prima, este año está siendo, con mucha diferencia, el mejor que recuerdan los ganaderos de Deza y Tabeirós-Terra de Montes. No en vano, nunca antes habían logrado vender el litro de leche por encima de 46 céntimos o el kilo de carne de ternera a más de 5. Unos importes que, en el conjunto de los tres primeros trimestres del año, acumulan una revalorización próxima al 25 % en comparación con el mismo período del 2021.

La explicación a esta anormal evolución de los precios —se habían mantenido estables el último lustro— hay que buscarla en el descenso registrado tanto en la producción láctea como en la cárnica en los mercados globales, circunstancia que, a su vez, se justifica en el fuerte incremento experimentado por los costes de producción, principalmente la alimentación del ganado.

«Hai miles de explotacións nas principais zonas gandeiras que se viron obrigadas a desfacerse de animais debido ao caro que era xa mantelas. Durante o último ano retiráronse da produción máis de 30.000 vacas leiteiras no conxunto do Estado, delas case 6.000 en Galicia, e outro tanto pasou no resto dos países con maior vocación gandeira», apuntan desde el departamento de aprovisionamientos de una de las principales lácteas que opera en la comarca que estima que esta escasez de leche podría agravarse durante los próximos meses.

Circunstancia que tampoco descartan desde entidades vinculadas al sector productor como Asociación de Criadores de Frisón de A Coruña (Africor-Coruña) o distintas cooperativas de ganaderos cuyos responsables reconocen las enormes dificultades que están atravesando muchas explotaciones pese al aumento de los precios que reciben por la materia prima que producen.

«O aumento dos prezos apenas consegue cubrir o incremento dos custos. Boa proba disto é que as cotizacións da luz ou dos combustibles duplicáronse en menos dun ano e os fertilizantes xa son o triplo de caros que a campaña pasada. Por non falar do prezo do penso, imprescindible nesta actividade que pasou de 310 euros a tonelada a roldar os 450», explica Fernando Suárez, presidente de Africor que no descarta que en los próximos meses se produzca cierto desabastecimiento de leche en los mercados.

De la misma opinión es Óscar Blanco, responsable de una sociedad ganadera, que apunta al fuerte incremento de la alimentación como el principal lastre al que tienen que hacer frente las ganaderías. «A día de hoxe, a alimentación do gando xa se leva o 65 % dos gastos totais dunha granxa. Neste contexto non resulta estraño que a maioría das explotacións se vexan obrigadas a reducir o número de animais e, polo tanto, tamén a produción».

Otro tanto sucede con las granjas cárnicas que tienen en la subida del pienso un importante lastre para hacer rentable su actividad. El precio de los concentrados de cereales ha pasado de los 240 euros la tonelada que promediaba hace un año a más de los 400 actuales, encarecimiento muy importante si se tiene en cuenta que un ternero consume más de 1.500 kilos en los diez meses que se prolonga el proceso de engorde.

Un salto hasta los 46,2 céntimos por litro en agosto

El litro de leche se abonó el pasado agosto a una media en Galicia de 46,2 céntimos, según daba a conocer ayer el Fondo Galego de Garantía Agraria. Supone continuar con la tendencia alcista, frente a los 44,74 abonados en julio. Durante los ocho primeros meses saltó desde los 35,94 de enero a los citados 46,20 de agosto.

Las granjas esperan que la demanda propicie nuevas subidas en los próximos meses

El otoño es, tradicionalmente, propicio para el aumento de los precios de la leche al coincidir un aumento del consumo con el descenso de la producción. Si a ello se suma, en esta ocasión, una cotización al alza de derivados industriales como la leche en polvo, la mantequilla o el queso, todo invita a pensar que puede volver a revalorizarse durante los próximos meses. Esa es, al menos, la opinión más extendida entre los ganaderos que esperan que la lógica de los mercados les acabe beneficiando y que los esfuerzos de las diferentes lácteas para asegurar su suministro empuje al alza las cotizaciones en origen.

Menos esperanzas tienen puestas, sin embargo, en el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, que establece la obligatoriedad de que los contratos de suministro de leche recojan el incremento experimentado por los costes de producción, aspecto que hasta el momento no se ha dado y que tampoco se espera para la renovación de los acuerdos que, en el caso barbanzano, tendrá lugar en el primer trimestre de 2023.

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