Había un acuerdo implícito en que el precio de la leche al productor no se movería más de un 5% para el mes de abril. De hecho, los menajes con los precios estaban llegando a los tamberos con ese incremento, pero desde el centro de Córdoba el quesero movió el tablero y salió a ofrecer un 11% de aumento, muy por encima de la mayoría de las grandes industrias.
Esta jugada hizo que se demoraran en salir las liquidaciones y hoy todos están reajustando sus números para no quedar en oofside. La cuenca central está recalentando la pelea por la leche cruda.
En el contexto actual de escases de materia prima y precios en góndola que ya no son validados por los consumidores se ponen de manifiesto las diferencias en las estructuras productivas de las empresas.´
La productividad en la estructura empresarial pasará a influir mucho más que lo que lo venía haciendo. La baja en la producción pone en jaque a aquellas industrias que tienen una mayor carga de empleados por litro de leche procesado. Aquí está la clave para lo que se viene.
Los costos industriales subirán en los próximos meses a un ritmo mayor que los precios en góndola y revelará las ineficiencias propias de cada industria.
El panorama se complica aún más ante la falta de compras estatales. Ni Nación ni provincias están licitando leche, una salida que siempre tuvo el sector cuando el mercado interno tuvo problemas para convalidar precios.
Hoy se está notando en las góndolas que no sólo los precios no están subiendo, sino que algunos están bajando respecto al mes anterior.
Habrá que ver cómo sigue esta historia, los números son muy finos para todos y nadie está seguro de cuáles serán las condiciones económicas que encuentre el sector cuando la producción primaria se recupere dentro de unos meses.
Damián Morais
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