Nariño es uno de los principales departamentos productores de leche en Colombia. Según el Ministerio de Agricultura, se encuentra entre los diez con mayor volumen de leche captada por la industria. Sin embargo, los ganaderos enfrentan múltiples desafíos que ponen en riesgo al sector.
Juan Homero Goyes, ganadero perteneciente a la Sociedad de Agricultores y Ganaderos de Nariño (Sagan), señala que el pago por litro de leche es insuficiente.
“La principal dificultad es que no se está pagando el precio justo y están abusando de la situación”, afirma. Según él, hay acopiadores que pagan apenas 1.300 pesos por litro, una cifra que no cubre los costos de producción. Según él, el precio del litro de leche debería superar los 2.000 pesos.
Esta situación se debe, en parte, a la informalidad del sector. “Hay ilegalidad de personas que se dedican a hacer producto terminado y compran al precio que les da la gana”, explica. Además, algunos productores no legalizan su producción, lo que los obliga a vender al mejor postor.
Goyes también advierte sobre la falta de organización entre los productores: “Hay algunos que no creen en la asociatividad y es un error”.
Explica que el incremento en los precios de los insumos agrícolas, como los fertilizantes, afecta significativamente a los ganaderos.
A esto se suma la falta de personal en el campo, un problema cada vez más grave. “El campesino queda a la deriva y los jóvenes prefieren irse”, lamenta.
El impacto del cambio climático
José Vicente Cuastumal, productor de Guachucal, destaca otro factor determinante: el cambio climático. A su juicio, es un tema que siempre está presente y que deben atender haciendo cambios en su sistema de producción.
Las lluvias y las heladas han afectado gravemente el rendimiento de sus cultivos y sus vacas. “Cuando la helada sucede, se pierde el pasto, se pierde la papa, se pierde todo”. Las lluvias, por su parte, provocan inundaciones en las zonas bajas, agravando la situación.
Para enfrentar este problema, algunas asociaciones han comenzado a reforestar los suelos vacíos. “Los estamos organizando y reforestando, sembrando arbolitos para poder sustentarnos un poco, aunque no será al 100 por ciento”, anota Cuastumal.
Más impuestos y menos apoyo estatal
Los ganaderos también se quejan de los altos costos impuestos por entidades como el ICA. “Nos están imponiendo día tras día más impuestos a nuestra ganadería”, observa. De acuerdo con el productor, los ganaderos pequeños deben pagar tributos elevados por certificaciones sanitarias y renovación de guías de movilización.
A pesar de los esfuerzos de las asociaciones y los plantones realizados, el problema persiste y el gremio de la zona aún no encuentra soluciones. “Nosotros hemos hecho todo con nuestros propios recursos. Nos hemos trasladado a Pasto a participar en plantones, hemos ido a Bogotá a reuniones con los ministros, todo de nuestros propios bolsillos, pero estos problemas persisten”, concluye el ganadero.