En sus años dorados, SanCor procesaba hasta 4 millones de litros de leche diarios. Hoy, esa cifra se desplomó a apenas 70.000 litros, una caída que refleja la gravedad de su situación. En este contexto, su planta de La Carlota, Córdoba, especializada en la producción de quesos duros, está paralizada desde el 6 de enero y según adelantan en el sector, la paralización de actividades podría contagiarse a otras de sus unidades productivas que hoy trabajan al mínimo.
La realidad es que la situación de la empresa se precipitó en los últimos meses, pero también es cierto que SanCor atraviesa una profunda crisis desde hace años. La falta de liquidez la llevó acumular deudas con proveedores, bancos y empleados. En este contexto, en enero de este año SanCor despidió a 300 empleados en sus plantas de Córdoba y Santa Fe, alegando “razones de fuerza mayor”. Luego, en febrero, solicitó la apertura de un concurso preventivo de acreedores, buscando evitar la quiebra que en ese entonces parecía inminente.
Por otro lado, la búsqueda de inversores privados fue una constante en los últimos años, pero hasta el momento no se logró cerrar ningún acuerdo de relevancia. La falta de confianza de los productores tamberos y las demoras en los pagos dificultan la atracción de capital fresco que podría revitalizar la cooperativa. Mientras tanto, algunos analistas sugieren que la única salida viable podría ser la reconversión de SanCor en una empresa privada, lo que implicaría la entrada de inversores para intentar salvar la cooperativa.