A partir del 5 de abril, Estados Unidos aplica un arancel fijo del 10 % a todas las importaciones, con tasas aún más altas para socios específicos como la Unión Europea, China e India. La medida promete redefinir las relaciones comerciales en el sector agroalimentario global, señala un informe publicado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina.
Europa, en el centro del conflicto
La Unión Europea enfrenta un arancel del 20 % sobre sus exportaciones de productos lácteos, en un contexto de larga disputa con Washington por el uso de las denominaciones geográficas (IG) como “parmesano”, “feta” o “gorgonzola”. Estas denominaciones, protegidas legalmente por la UE, son vistas por el sector estadounidense como una barrera no arancelaria que restringe el uso de nombres comunes en el mercado global.
Desde Bruselas, Alexander Anton, secretario general de la Asociación Europea de Lácteos, expresó su preocupación: “Las exportaciones de lácteos de la UE representan menos del 2 % del consumo interno de EE. UU., pero ofrecen variedad y excelencia al consumidor. Una disputa comercial con nuestro socio más importante es una situación donde todos pierden”.
La UE genera anualmente unos 75.000 millones de euros en ventas de productos agroalimentarios con IG, y alrededor de 15.000 millones provienen de exportaciones fuera del bloque, siendo EE. UU. uno de los destinos principales.
Desde Irlanda, la Asociación de Agricultores (IFA) advirtió que productos como la mantequilla Kerrygold, la segunda marca más vendida en EE. UU., podrían sufrir un duro revés: “Enviamos productos por casi 500 millones de euros a EE. UU. en 2024, lo que representa el 7,5 % de nuestras exportaciones totales de lácteos”.
China responde con fuerza
China, tercer mayor destino de productos lácteos estadounidenses con importaciones por 584 millones de dólares en 2024, verá elevarse sus aranceles al 44 % a partir del 10 de abril. La respuesta desde Pekín fue inmediata: el Ministerio de Asuntos Exteriores calificó la medida como una “grave violación a las normas de la OMC”.
El portavoz Guo Jiakun instó a Washington a rectificar y a optar por el diálogo. “El proteccionismo no es la solución. Cada vez más países se oponen a este comportamiento unilateral e intimidatorio”, afirmó.
La industria láctea china, fuertemente subsidiada, se beneficiará de esta barrera a los productos estadounidenses, en línea con la estrategia del Partido Comunista de reducir la dependencia de las importaciones. Según Becky Rasdall Vargas, vicepresidenta sénior del Consejo de Exportación de Productos Lácteos de EE. UU., “estos aranceles generan incertidumbre para nuestras inversiones y afectan a las comunidades rurales estadounidenses”.
India, barreras preexistentes y tensión renovada
India se enfrenta al mayor arancel de todos: un 27 %. El país asiático ha sido históricamente un mercado difícil para los lácteos estadounidenses, debido a altos aranceles y estrictas regulaciones sanitarias y religiosas. En 2024, las exportaciones de productos lácteos de EE. UU. a India apenas alcanzaron los 52,6 millones de dólares.
Pese a que el comercio bilateral superó los 125.000 millones, el sector lácteo permanece protegido por barreras que limitan el acceso estadounidense. Desde el Consejo de Exportación de Lácteos de EE. UU. afirman que la India utiliza cuotas, certificados sanitarios y otras restricciones para evitar la competencia externa.
Oceanía: efectos moderados pero vigilantes
Nueva Zelanda y Australia enfrentarán el arancel fijo del 10 %. Aunque la medida parece moderada en comparación con otros socios, ambos países observan con atención su impacto potencial.
Nueva Zelanda exportó 980 millones de dólares neozelandeses en productos lácteos a Estados Unidos en 2024, siendo la leche en polvo, la mantequilla y el queso sus principales productos. El ministro de Agricultura, Todd McClay, consideró que la situación refuerza la necesidad de diversificar mercados.
Australia, por su parte, tiene una industria láctea menos dependiente de EE. UU. y más orientada a Asia y Medio Oriente. En 2023, exportó productos lácteos por 3100 millones de dólares australianos, con un crecimiento sostenido en el rubro de quesos.
El Consejo Asesor de Carne Roja también reaccionó, ya que las exportaciones de carne —otro foco de tensión— también estarán afectadas. “La diversificación es clave”, afirmó su presidente, John McKillop.
Incertidumbre global y llamado al diálogo
Las medidas estadounidenses llegan en un momento delicado para la economía mundial. Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, advirtió sobre “un nivel extraordinariamente alto de incertidumbre” en torno a la política comercial global, lo cual afecta la inversión y la estabilidad financiera.
Mientras la UE evalúa responder con un paquete de contramedidas por 26.000 millones de euros, el comercio agroalimentario global vuelve a situarse en el centro de una guerra comercial que amenaza con recrudecerse. “La política comercial debe ser inteligente, no punitiva”, advirtió Alexander Anton desde Europa.
En medio del cruce de sanciones, la industria láctea global enfrenta un nuevo escenario de fragmentación, en el que los consumidores, exportadores y productores podrían ser los grandes perdedores de una disputa donde, por ahora, no se vislumbra una salida negociada.