Francisco Mesa es un joven emprendedor de 26 años que avanza, con las correspondientes trabas administrativas, en un proyecto pionero y único en Canarias y en España, para constituir, de forma inminente, una industria moderna, de producción y comercialización de leche de camella.
Francisco, conoce el mundo del camello desde niño, pertenece a una de las familias que durante generaciones han vivido de la cría de este emblemático animal, cuya cuna se encuentra en el pueblo de Uga (Yaiza). Le gusta y ama a esta especie y ha estudiado y se ha formado, para lanzar un proyecto empresarial moderno, y cuenta con el asesoramiento de un experto en dirección y administración de empresas, que está dando forma al modelo de empresa agropecuaria. Lleva años estudiando el producto, investigando, asesorándose y cuenta con las ganas, la energía, los medios y el tesón de lanzarse a esta aventura, con garantías de éxito, al ser pionero en un mercado aún por explorar y que está llamado a ser uno de los alimentos del futuro, incluso con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).
Su idea es comercializar en un futuro inmediato la leche de camella, cuyas propiedades alimenticias, nutritivas y vitamínicas superan con creces a cualquier otro tipos de leche. Señala el interés de potenciales inversores en este mercado emergente y apunta que maneja informes que pronostican una expansión, de 2020 a 2026, de este alimento. Recuerda que en los últimos años, la isla ha exportado a Holanda más de 100 dromedarios de raza autóctona de Canarias, y recuerda que hay tal demanda, que hoy no hay camellos para cubrirla.
Este joven emprendedor lamenta las trabas administrativas de los permisos y licencias, que retrasan años su proyecto
Su idea es empezar despacio pero con paso firme, y en tres o cinco años, multiplicar la producción, e incentivar a otros criadores , para comprar su producción. El mercado inicial sería la isla y Canarias, y después, la península y el resto de la UE, dada la actual demanda en acenso.
«El principio es complicado, explica Francisco, porque resulta muy costoso el ordeñado, dado que requiere paciencia, tanto por parte del ganadero, como de la camella, cuya preparación hasta que logra acostumbrarse al ordeñado puede durar meses, y la cantidad inicial es de 3 a 6 litros al día, pero puede llegar a los 10, y hay países en los que llegan a 20 litros». La idea es empezar a producir unos 30 a 50 litros/día, con 26 ejemplares. El precio de esta leche ronda los 20-26 euros, frente al euro de la leche de vaca, pero sus propiedades son impresionantes, según los análisis realizados.