El alza de precios de los productos de consumo masivo ya no es la única preocupación de los argentinos. En muchos casos, ahora se agrega el problema de conseguirlo. La falta de artículos de primera necesidad se convirtió en una constante. La leche es el más emblemático de los productos que escasean en determinados momentos en las góndolas de los supermercados pero también hay dificultades cuando en el changuito hay que cargar pastas, y productos manufacturados con harina de trigo, y carne. La exportación es muy tentadora.
Si bien el constante incremento de precios influyó en una caída del consumo -las ventas en supermercados retrocedieron 10,5% en enero respecto de igual mes de 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)- la desaparición de las góndolas de algunos productos despierta un escenario más restrictivo.
La situación particular con el suministro de leche se enfoca en la menor producción de los tambos a partir de las inundaciones que impactaron fuertemente en la cuenca lechera, pero los analistas apuntan que la escasez tiene que ver con que las empresas buscan mejorar su rentabilidad sacando del mercado interno las segundas marcas más económicas y destinando su producción al comercio exterior.
En este marco, desde las asociaciones de consumidores plantean que sería fundamental la intervención del gobierno nacional para garantizar el abastecimiento interno.
Advierten también que sería conveniente que se cumpla con el programa Precios Cuidados, que en Buenos Aires tiene una mayor presencia en las cadenas de supermercados pero en el resto de las provincia su alcance es menor. Un sachet de leche de segunda marca figura en el programa con un precio menor a $ 30 pero en las góndolas el producto está a casi $ 50.
Mientras tanto, la inflación mete presión al consumo cada vez más. Aunque todavía no están las cifras oficiales, el Indice de Precios de Supermercados que elabora regularmente el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) arroja una proyección de inflación mensual para marzo de 3,7% -incluyendo los aumentos de servicios: nafta 3%, transporte 15%, celulares 10%, colegios privados 40%- y anual del 53,5%.
En el informe también se detalla que en los últimos 12 meses el paquete de harina de trigo 000 Cañuelas de 1 kilo aumentó 151%, el kilo de carne picada especial 90%, el paquete de 1/2 kilo de fideos guiseros subió 77%, el dulce de leche La Serenísima por 400 gr. se incrementó 75% y el sachet de 1 litro de leche entera La Serenísima saltó 60%. También registraron importantes alzas el aceite de maíz Mazola por 900 ml (49%), el kilo de asado del medio novillito (42%) y el chorizo de cerdo (27%).
Celina Calore, economista del Ceso, apuntó que teniendo en cuenta todas las particularidades de un sector tan complejo como el lácteo en el que impactaron las inundaciones, llevando a una caída de la producción en los tambos llama la atención que “la faltante es en las segundas marcas, no en la principal”.
“Toda esta situación está cruzada por una fuerte caída del consumo, un aumento de los precios de los alimentos más fuerte que la media que se viene registrando y una pérdida del poder adquisitivo, sumado a que en Rosario se registra el nivel de desocupación más alto del país. Es angustiante para las familias”, detalló al tiempo que apuntó que la carne y las pastas “productos que tienen relación con mercado de exportación” también subieron mucho en el último tiempo, por encima del promedio mensual de inflación.
Comer o vender
La analista manifestó que en un contexto de caída de la producción de leche, paralelamente, se registra un incremento de las exportaciones de leche en polvo y se planteó que hay dos caminos: ¿abastecemos el mercado interno o priorizamos la rentabilidad de las empresas? Si bien los costos de las empresas suben al ritmo de la devaluación, los tarifazos y el costo de transporte para que el producto llegue a las góndolas y todo eso hace que el precio final se incremente pero “no hay ninguna intención oficial de apaciguar los precios, ni intenciones del gobierno nacional de promover el consumo interno”.
Como recurso para hacer frente al escenario restrictivo, Calore recordó que está vigente el programa Precios Cuidados pero se mostró alarmada por la ausencia de productos en el interior del país “Las segundas marcas ya no son sólo elegidas por las personas de menores ingresos, las eligen de cualquier sector económico porque hay mucha diferencia de precios. Y la leche del programa Precios Cuidados, La Armonía, que sale $25,47 se encuentra sólo en Buenos Aires, no llega más a Rosario u otras ciudades”, señaló.
El gobierno nacional tiene herramientas para promover el consumo, algo hizo como adelantar el aumento de la Asignación Universal por Hijo y del salario mínimo vital y móvil pero “no parecieran intenciones reales”.
Reclamo
Juan Marcos Aviano, presidente del Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac) apuntó que desde la entidad solicitaron a la secretaria de Comercio Interior de la Nación, a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y al Observatorio de Precios “que intervengan en el análisis, evaluación y sanción si corresponde” de las empresas proveedoras de lácteos.
“Entendemos que esto es violatorio de las leyes de defensa del consumidor y de lealtad comercial y creemos que es necesario que el gobierno evalúe si es necesario aplicar la ley de regulación de bienes y servicios, mal llamada ley de abastecimiento”, subrayó.
Señaló que el Estado nacional tiene todas las herramientas para intervenir ante esta situación, y “no hacerlo es una manera de resolver omitiendo su participación y obligando a las empresas que dispongan de los productos que hoy están faltando en las góndolas de los supermercados”.
“Para nosotros esto es negativo, innecesario y no se puede admitir en 2019 que sólo tengamos una o dos marcas de leche en los supermercados, es una vergüenza”, recalcó Aviano.
Puja láctea
Respecto a la faltante de productos de primera necesidad, el caso más emblemático es la leche.
Desde el Centro de la Industria Lechera (CIL), la cámara que concentra a las principales empresas abastecedoras de la argentina, explicaron que la menor oferta de productos lácteos obedece a situaciones estacionales, climáticas, económicas y financieras. Pero además apuntó a problemas de evasión fiscal y de algunas empresas como estrategia de competencia desleal.
En las últimas semanas se registraron en algunos supermercados y almacenes faltantes de algunas marcas de leche, en particular las de menor valor, y en otros casos restricciones en la cantidad de unidades que se pueden adquirir por cliente para evitar desabastecimiento. El caso emblemático de esta situación es la leche La Armonía que integra el listado de productos del programa Precios Cuidados y cuesta $26,36, es decir casi la mitad del precio de las primeras marcas.
Ante esta situación de reducción de la oferta de lácteos, la cámara que nuclea al sector informó que la recepción de leche de sus asociados en el primer bimestre de este año fue un 12,5% inferior al mismo período del año anterior, y desde diciembre de 2018 la caída estacional llega al 23% hasta febrero.
Esta menor oferta de lácteos al consumidor, especialmente en productos frescos como la leche fluida, se explica para el CIL en principio por “la baja estacional de la producción de materia prima, agudizada este año por los factores climáticos adversos, excesivas lluvias y olas de calor”. También argumentó la entidad que influye el impacto de las dificultades económico-financieras sufridas por la cadena en el año anterior y la acumulación de compromisos comerciales que modificaron sensiblemente el cuadro anual de la demanda de leche.
Pero la CIL agregó que a la situación coyuntural se sumó “la conducta que han adoptado empresas poco formales, de acrecentar su política evasora como estrategia de competencia desleal”.
“La evasión o marginalidad afecta en múltiples sentidos como la reducción de ingresos fiscales, una sobrecarga impositiva a los que pagan, genera incremento artificial de los precios que finalmente se trasladan al consumidor, reduce los volúmenes exportables y puede limitar la provisión de productos masivos, abastecidos mayoritariamente por empresas formales”, agregó en un comunicado.
“Es conocido que la marginalidad permite encarar inversiones a cero costo, mientras cualquier empresa de la economía formal tiene que asumir tasas anuales de interés de entre el 60 y 70% para obtener capital de trabajo o realizar inversiones”, dijeron.
Sector pyme
Bernardo Arocena, presidente de la Sociedad Cooperativa de Tamberos de la Zona de Rosario Ltda. (Cotar), apuntó que “el faltante de leche es importante en todos los niveles” y puntualizó que ante la escasez del fluido blanco el tambero priorizó la venta a quien pagaba a contado o anticipadamente.╠
“Cambiamos la forma de pago para adaptarnos a las circunstancias. Y en supermercados se ve menos porque los plazo de pago son más largos entonces se priorizan los pagos cortos de negocios de cercanía”, detalló Arocena al tiempo que explicó que la planta local trabaja al 20% de su capacidad de producción desde hace un tiempo y recién ahora está subiendo el nivel diario porque “no había leche en ningún lado”.
La cuestión estacional de los tambos es entendible, es habitual. En enero y febrero se registra el piso de producción que paulatinamente va subiendo hasta normalizarse en mayo. Pero el escenario de sector lechero viene complicado por los problemas de inundaciones y las dificultades para invertir que enfrentan los productores.
“No alcanza la mercadería para abastecer, nuestra leche que es un poco más barata tiene mucha demanda”, señaló el presidente de Cotar al tiempo que remarcó que esta situación se da mientras “el consumo está algo resentido”.
En las góndolas
Sergio López, presidente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario (Casar), coincidió con que la faltante de producto es más notable en las grandes superficies y que en los medianos y pequeños comercios el abastecimiento de leche está más asegurado. En ese sentido, apuntó que al desaparecer las segundas marcas de las grandes industrias “el consumidor compra lo que encuentra en góndola” pero dijo que “si pudiera elige el producto de menor valor”.
“Las perspectivas para los supermercadistas no son claras. Semanalmente o quincenalmente recibimos aumentos de los productos que terminamos trasladando a precio en algún momento, más el tema de las tarifas energéticas que no está nuca claro cuánto vamos a pagar.
Los comerciantes esperan “que pase este momento”, como ocurrió en otras oportunidades, pero algunos establecimientos están viendo si continúan.
“El aumento del alquiler es muy fuerte, los comerciantes ya tomaron los ahorros que tenían y llegó el momento de definir qué hacer”, detalló el referente de los supermercadistas locales sobre la realidad de los comercios de la ciudad que padecen fuertemente la caída del consumo.
Para hacerle frente a la actual situación de faltante de productos, el diputado provincial, Joaquín Blanco, presentó un proyecto de ley que establece pautas para la oferta, exhibición en góndolas y publicidad de productos de distintos rubros en las grandes cadenas comerciales de la provincia de Santa Fe.
“Planteamos esta herramienta para evitar que las empresas proveedoras inflen los precios de modo intencional en perjuicio de los consumidores y, a la vez, favorecer la competencia ampliando la oferta de productos locales y regionales de nuestras pymes”, explicó el legislador.
La “ley de góndolas” pretende garantizar la multiplicidad de marcas de un mismo producto, impidiendo que una misma empresa o grupo económico ocupe más del 30% de las estanterías. “Esto no quiere decir que se obligue al consumidor a optar por otras marcas sino que puedan elegir libremente”, añadió.
“Teniendo en cuenta que estamos atravesando una situación económica nacional de inestabilidad, pérdida del empleo y del poder adquisitivo, y que el gasto en supermercado para la clase media y media baja representa más del 50%, queremos brindar a los consumidores la posibilidad de que elijan los productos de la canasta básica por precio y calidad”, detalló.
Concentración
Según distintos informes, en nuestro país hay una gran concentración de oferta de productos en manos de una o dos empresas. Por ejemplo, en el rubro bebidas, el 9% de los fabricantes generan el 80% de la facturación total, algo similar a lo que ocurre con los lácteos, donde los tres principales productores manejan el 80% del mercado.
“Esto permite a las grandes empresas aumentar los márgenes de ganancia, ya que no existe posibilidad de que un competidor pueda ofrecer un menor precio y en el caso de que aparezca, utilizan esta rentabilidad para garantizarse espacios preferenciales o la exclusividad de oferta de sus productos”, reveló el diputado provincial.
“Los pequeños productores nos comentan que algunas firmas les exigen mercadería gratuita o financiación a largo plazo, a cambio de exponer sus productos o darles un lugar de privilegio”, indicó Blanco. En este sentido, la ley establece que un 20% de las góndolas se debe destinar a productos locales y regionales como también impide que los pagos a los pequeños productores se puedan demorar más de 60 días y que se solicite como forma de ingreso a un establecimiento, la entrega de mercadería gratuita o a un precio por debajo de su costo.
“Si bien entendemos que la inflación es un fenómeno de carácter macroeconómico y por lo tanto es el Estado nacional el que tiene las herramientas y la potestad para frenarla, consideramos que desde el gobierno provincial se pueden realizar distintas acciones que eviten la práctica monopólica y garantizar un precio real de los productos”, concluyó.
Carne dura
Por otra parte, luego de que los precios de la carne vacuna quedaran rezagados durante 2017 y 2018, lo cual generó un aumento del consumo, la situación para comienzos de 2019 se dio vuelta, con un aumento en el primer bimestre del año de 68% interanual, según un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
Los precios de los distintos cortes de carne vacuna mostraron, en promedio, alzas significativas del (+14,8%), en febrero de 2019 con respecto a enero. Y en relación a los valores de febrero de 2018, los precios promedio de la carne vacuna de febrero del corriente año se ubicaron un (+68%) por encima.
En ese marco, Damián Di Pace, titular de la consultora Focus Market, destacó que “los precios de hacienda habían quedados rezagados frente a la inflación en 2017/2018 y que eso genero un repunte del consumo de carne vacuna que había aumentado muy poco frente a precios relativos de otros alimentos.
“En 2017 los precios habían retrocedido del 7% al 8% de su valor real y en 2018 del 3% al 5%. Sin embargo en el primer bimestre del año recupera casi un 15% con un 68% de evolución interanual”, destacó el analista.
Sustitución
Asimismo, dijo que se debe tener en consideración que “casi el 80% de la producción de carne se destina al mercado doméstico que, ante estos aumentos, comienza a buscar sustitutos en la carne de pollo o cerdo”.
Sin embargo, señaló que en los primeros días de marzo los precios por ejemplo de la categoría hamburguesas que había evolucionado un 11% en febrero y un 111% al menos en góndola de supermercado debieron descender ese 11% de aumento este mes por caída de la demanda. “En categoría congelados complica también la situación del empresario en un mes donde le aumento el costo de refrigeración por aumento de la tarifa de luz, la distribución por naftas y los insumos por evolución del tipo de cambio”, añadió.
No hay que perder de vista que el precio del pollo fresco mostró precios con alzas moderadas, con una variación del (+6,6%) en el mes de febrero de 2019 con respecto a enero, según el IPCVA.
La entidad agregó que el precio del pechito de cerdo mostró precios con alzas moderadas en el mismo periodo, avanzando un (+5,5%) en relación al mes anterior. Y señaló que con respecto a los valores de febrero de 2018, el pollo incrementó su precio en un (+58,9%) y el cerdo un (+39,1%).
Los precios de la carne vacuna tuvieron alzas significativas, del (+16,6%), en febrero de 2019, con respecto a enero, en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto, detalló el instituto.
Asimismo, indicó que en los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios mostraron alzas también significativas, aunque más atenuadas, que resultaron del (+12,9%); mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios mostraron subas de gran magnitud, que resultaron de un (+17,3%).
“El comportamiento de los precios de la carne vacuna mostró algunas diferencias entre en las distintas zonas geográficas: se registraron precios con subas significativas en las zonas norte y sur del Gran Buenos Aires, mientras que en la Capital Federal y en la zona oeste del Gran Buenos Aires se registraron subas de una magnitud también significativa pero algo más atenuadas”, destacó en el informe.