Di Santi confirmó que durante el otoño y lo que va del invierno se ha embarcado muchísimo ganado para faena, pero consideró que “es razonable” ya que la exportación de ganado Holando en pie “no se están moviendo”. Por lo que hay mayor volumen de categorías de recría y categorías jóvenes, “lo que hace que se deba hacer lugar a las nuevas vaquillonas que están pariendo”.
Explicó que si bien no se están embarcando vacas en ordeñe –lo que sería muy preocupante–, “la vara está más alta y las exigencias para que las vacas se mantengan en el tambo son mayores, debido a los costos de producción”. Por eso explicó que muchos productores deciden enviar a frigoríficos vacas de descarte que no son redituables en el tambo y se quedan con las vaquillonas recién paridas.
“La vaca de descarte tiene un rango de precios en pie que va desde US$ 1,15 hasta US$ 1,80. Una vaca buena hoy está superando los US$ 1.000. Es por eso que a veces sirve más descartar la vaca del tambo y quedarte con la vaquillona nueva recién parida y con el ternero”, explicó Di Santi.
“Al no haber exportaciones y teniendo en cuenta que la mayoría de los tambos se generan excedentes de categorías jóvenes y eso hace que se pueda ser más eficiente a la hora de seleccionar y realizar descartes de vacas”, dijo Di Santi. Agregó que “la vaca de descarte se ha usado como una herramienta de financiación o bien para hacer caja en los tambos”.
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