En el marco de la crisis financiera que la llevó a abrir su concurso preventivo, ARSA, la empresa que produce los yogures y postres de la marca SanCor y es dueña de la etiqueta de leche Lechelita, propuso un recorte del 50% en la jornada laboral de sus empleados, a quienes, a cambio, les ofrece una compensación invidivual de $ 100.000 por la quincena no trabajada durante el mes. Además, cancelaría el salario de mayo (adeudado) en cuotas semanales, según el nivel de liquidez de la empresa. Sin embargo, el esquema, que apunta a readecuar la estructura de la compañía a sus actuales niveles de actividad, ya recibió el rechazo de Atilra, el gremio de la industria láctea.
Así quedó planteado después de una audiencia realizada este martes en la Secretaría de Trabajo de la Nación.
Ex activo del Grupo Vicentin, ARSA es gerenciada desde hace casi dos años por la venezolana Maralac, una de las principales lácteas de su país. Presentó su concurso preventivo en diciembre. La Justicia Comercial lo abrió en abril. Declaró un pasivo de $ 49.713,7 millones, a los que hay que sumar otros $ 67.354,1 millones eventuales por garantías de deudas de terceros, una herencia de cuando la empresa adquirió las líneas de productos de SanCor, en 2016.
Alegó como razón principal de su pedido de convocatoria de acreedores los controles de precios que implementó el Gobierno anterior. En especial, durante su último semestre, de cara a las elecciones presidenciales del año pasado.
La compañía había nacido en 2016 para relanzar el negocio de postres y yogures de SanCor. Amplió su portafolio en 2019, con la adquisición de la marca de leche Lechelita. Tiene más de 550 empleados en dos plantas: Arenaza (Buenos Aires) y Córdoba. Allí también funciona un centro logístico, que compró para prestar servicios a terceros. Entre las dos instalaciones, tuvo un volumen de producción de 139.000 toneladas anuales de yogures, postres, leche, quesos y crema de leche.
ARSA tampoco fue ajena a la crisis de SanCor. Las dos plantas procesan 4,5 millones de litros de leche mensuales. La incapacidad de la cooperativa de Sunchales por cumplir con ese flujo debido a los paros de Atilra hizo que la empresa buscara otros proveedores, en un escenario de mayores precios y menor oferta, debido al intervencionismo oficial en los valores pagados a los productores.
Por toda esta situación, la láctea busca amoldar su estructura, a la que definió como “sobredimensionada”, a su actual realidad. En tal sentido, a fines de mayo, le hizo una primera propuesta a Atilra, también rechazada por el gremio.
Ahora, tras la audiencia en Trabajo, ARSA “presentó una propuesta actualizada para poder operar en el actual entorno de crisis, producto de la situación de la compañía, que se encuentra atravesando un proceso concursal y de un contexto país signado por una marcada caída del poder adquisitivo de los consumidores que, en nuestra industria en general y en los productos que fabrica ARSA en particular, han sufrido caídas de hasta un 50%”, informó la compañía en un comunicado.
“Por esta razón, la compañía entiende necesario la implementación de un plan de alternancia laboral que permita conservar las fuentes de trabajo, adecuándolas a las posibilidades de producción, comercialización y ventas. Destacando a su vez la necesidad de poder operar en un clima de paz, sin las interrupciones que generan las recurrentes medidas de fuerza promovidas desde el gremio”, agregó.
“Lamentablemente, una vez más, las autoridades de Atilra han manifestado su rechazo a los términos de esta propuesta, si bien se han comprometido, no obstante, a compartirla con sus representados”, completó.
“Confiamos que de esa instancia surja una posibilidad de entendimiento ya que un gran número de estos trabajadores han expresado y demostrado en distintas oportunidades, su voluntad de consenso y su vocación de conservar sus fuentes laborales aportando su compromiso y su vocación de cumplir sus funciones”, añadió.
Según se lee en el acta de la Secretaría de Trabajo, la empresa afirmó: “Para asegurar el éxito de esta propuesta, es esencial que no se realicen nuevas propuestas”. Agregó que, debido al paro de actividad de sus plantas, le llevará entre tres y cuatro semanas reanudar sus operaciones. Durante ese tiempo, continuará operando con quienes se presentaron a trabajar de forma voluntaria -más de un tercio del plantel- e incorporará al resto en grupos, a medida que haya disponibilidad de insumos.
Atilra rechazó la propuesta y, además de certezas sobre el pago de los sueldos adeudados de mayo, las exigió para los de junio y el medio aguinaldo, también impagos aún por la empresa. Aunque no anticipó medidas de fuerza, aclaró que primero sometería la propuesta a la decisión de los trabajadores.
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