En términos más sencillos, una indemnización es una estimación de lo que cuesta transformar la leche en un producto lácteo acabado, como mantequilla o queso. Estas estimaciones son importantes porque los valores son utilizados por el USDA para fijar los precios mínimos mensuales que las plantas reguladas deben pagar por los componentes en los cheques lecheros.
Según los datos del USDA, los ganaderos pierden una media de 6,72 $ por quintal de leche producida. La pérdida de las explotaciones lecheras con menos de 50 vacas era aún mayor, de 21,58 dólares por quintal. Dos asociaciones de procesadores lácteos solicitaron una audiencia federal para aumentar las compensaciones. Aunque la AFBF no se opone a la actualización de las compensaciones, las propuestas al USDA no abordan la necesidad más amplia de cambios en la normativa de precios de la leche, según el presidente de la AFBF, Zippy Duvall.
En una carta a Vilsack, Duvall afirma: “Las peticiones a las que nos oponemos amenazan con socavar la confianza entre los ganaderos que producen la leche y los transformadores que la convierten en los productos lácteos que todos conocemos y amamos”.
No hay cambios sencillos en el sistema de precios de la leche. Sin embargo, todo el sector debe estar saneado para que prosperen todos los segmentos. En estos momentos, la bajada de las primas y el depooling sugieren que los fabricantes de productos lácteos tienen problemas con la regulación, lo que sugiere que ha llegado el momento de que la industria mantenga ese debate sobre las ayudas a la fabricación.
