La crisis de Sancor Yogures llegó a un punto límite: el Juzgado Comercial N°29 abrió el proceso de cramdown, tras el fracaso del concurso preventivo. Los abogados de la deudora manifestaron que no se reunieron conformidades para la propuesta de acuerdo realizada, que perdieron contacto con el accionista de la concursada y que no obtuvieron instrucciones del directorio.
La crisis de Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA) entró en una fase decisiva, el Juzgado Comercial N°29, Secretaría 58 dispuso:
JUZGADO COMERCIAL 29- SECRETARIA No 58
24424/2023 ALIMENTOS REFRIGERADOS S.A. s/CONCURSO PREVENTIVO argumento que venció el periodo de exclusividad y por ello el juzgado manifestó la apertura de este proceso.
1. Marco financiero y estructural
- Concurso preventivo: ARSA ingresó en concurso en diciembre de 2023, ratificado en marzo de 2024, como consecuencia del desequilibrio entre los crecientes costos operativos y una caída en ventas
- Responsabilidad accionaria: Operada por Maralac bajo control indirecto de Vicentin, con opciones de compra pendientes. La crisis de Vicentin limita cualquier inyección de capital o restructuring
2. Razones operativas de la paralización
- Embargos judiciales por demandas laborales.
- Falta de insumos y cortes en el suministro eléctrico por falta de pagos
- Medidas desesperadas de reducción salarial y suspensiones rechazadas por ATILRA.
3. Humanización del conflicto
- La plantilla reducida (240–250 personas) recibe entre 15% y 30% del salario, con pagos fragmentados
- Muchas familias quedaron en situación vulnerable, especialmente en Arenaza (Lincoln), donde la fábrica es el principal motor económico local
4. Acción sindical y jurídica
- ATILRA presentó una denuncia penal por vaciamiento y no pago salarial —se habla de hasta 9 meses adeudados— y por abandono de la planta, con pruebas de maquinaria trasladada o vaciada.
- El Juzgado de Paz intervino materialmente para impedir el retiro de los activos de la fábrica y protegerlos.
5. Repercusiones estratégicas
- El bloqueo temporal profundiza la crisis de la cadena láctea, afecta a tamberos y proveedores y añade presión en un sector ya golpeado por inflación y baja en consumo.
- SanCor, de la cual se desprendieron estas marcas, enfrenta su propia quiebra con una deuda superior a los USD 400 millones y producción en niveles históricos mínimos.
ARSA atraviesa una caída operativa y financiera acelerada que transversaliza conflictos laborales, judiciales y de estructura accionaria. La suspensión de producción no solo afecta la viabilidad de la empresa, sino que refuerza el deterioro del sector lácteo, exige una respuesta del Estado, de los actores sindicales y requiere un plan de sostén a proveedores y economías regionales.