En la última semana, los productos navideños, olvidados tras las Fiestas , lideran el grupo de los 10 que más bajaron según el Monitor de Precios de LA NACION.
En el promedio relevado en Capital Federal entre el 4 y el 11 de enero pasados, el turrón de maní y el maní con chocolate tuvieron descensos de precios de más del 40%. La explicación es simple: los supermercados están intentando liquidar el stock de productos navideños con promociones más agresivas.
El descenso del dólar puede haber arrastrado al precio de la harina, un bien que varía junto al tipo de cambio, y eso se vio reflejado levemente en los promedios negativos para las galletitas (con variaciones del -1,48% para las de chocolate y -0,73% para las surtidas) y el pan rallado (-7,96%). Sin embargo, los especialistas en commodities aseguran que el precio del trigo continuará “firme” porque la exportación argentina está “muy vendida” y en 2019 el país seguirá vendiendo mucho afuera.
Los lácteos también están presentes en el top 10, con representantes como la leche en sachet, la manteca y la crema. En las últimas cuatro semanas, es decir, desde mediados de diciembre hasta el viernes pasado, algunos de esos productos habían experimentado subas de hasta el 17 por ciento.
Es probable que la dinámica semanal con leves bajas continúe en algunos productos en particular, señala el economista Federico Moll. Una explicación es el factor “tipo de cambio”, que en la última semana descendió un 1,3% (de $37,36 a $36,91).
No solamente influye en la harina, sino también en los lácteos, un sector que “cada vez es más transable”, señala. Entre enero y agosto del año pasado, la exportación de lácteos creció un 24,3% interanual, según los datos de la Secretaría de Agroindustria.
Otra razón de algunos descensos de precios es más propia de un contexto recesivo, en los que la dinámica puede convertirse en un tira y afloja. “Hay ciertos estudios que parecen indicar que, en esta coyuntura, aumenta la ganancia por unidad, porque como las compañías no pueden vender más por cantidad, lo hacen por precio. Esto no es bueno para el consumidor ni para el vendedor, que tampoco sabe bien cuál es el valor que maximiza las ganancias. El tanteo es muy difícil porque hay que ver hasta dónde te banca la demanda”, explica el economista jefe de Ecolatina.