Este lunes productores de la zona de Trenque Lauquen y ciudades aledañas se reunieron en la Sociedad Rural local, donde expusieron sus experiencias en la problemática y lanzaron un comunicado conjunto: “La falta de confianza en la industria y el gobierno nos vuelve a convocar”.
El encuentro fue promovido por las autoridades de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), y estuvo centrado en los siguientes puntos:
Que las usinas cumplan con los precios de febrero y marzo.
Actualización de los mínimos para el pago de ingresos brutos provincial.
Quita de retenciones a las exportaciones y reembolso para compensación de impuestos de la cadena.
Quita de “ridículos requisitos para acceder a líneas crediticias”.
Líneas de inversión especiales para el sector lechero.
Hasta allí llegaron productores lecheros de ciudades aledañas como Villegas, Rivadavia, Pellegrini, Salliqueló, Quenumá y 30 de Agosto.
El miedo es bien palpable: temen que si la situación sigue tal cual está hasta el momento, gran cantidad de establecimientos continuarían cerrando sus puertas. Por eso reclaman un aumento en el precio que reciben por el litro de leche, para poder hacerle frente al retraso que los afecta a la hora de hacerle frente a la inflación.
“Hay que tener en cuenta la gran foto del tambo promedio argentino. El 68% de los tambos producen 4 mil o menos litros por día. El 50% de la superficie de esos tambos es alquilada, y más de la mitad de los costos son para alimentación de los animales. Y ese alimento aumentó”, reflejó Andrea Passerini en La Red Rural (AM 910) el sábado.
El congelamiento de precios que las industrias acordaron con el Gobierno a través del programa Precios Máximos es una de las claves del problema. Las compañías procesadoras, que compran la leche de los tambos, aducen que están obligados a respetar los montos que el Ministerio de Desarrollo Productivo les exige.
Los autoconvocados de hoy representan a la Cuenca Oeste del sector. Los productores le piden con énfasis a las industrias que cumplan con los precios pactados sobre la leche ya entregada, mientras que al Gobierno le imploran que no intervenga en el mercado con “medidas cortoplacistas que no resuelven el problema de fondo”.
Hondamente preocupados por la crisis, algunos de los testimonios reflejaron la situación que se vive en la región con tambos que comienzan a cerrar sus puertas impactando de lleno en el entramado social de cada localidad.
“Menos tambos es menos leche, menos arraigo, menos escuelitas rurales, menos mano de obra privada e inversiones, ¿cómo puede ser que no lo vean?”, concluye el documento.