El aislamiento social preventivo ha favorecido que muchas familias comiencen a elaborar panificados y hagan preparaciones que antes compraban ya listas. Esto ha elevado el consumo de diversos productos, entre los que se encuentran los lácteos, particularmente la leche fluida. Además, aseguran que, como la gente está en casa, tiende a consumir más yogures y quesos.
Leonardo Güercio, del tambo Güercio, comentó que la venta de leche se ha incrementado entre un 30 y un 40%, y estimó que se debe a que ha mantenido el precio del litro, recién ordeñado y sin conservantes, en $ 30. “No hay tanta plata en la calle. No puedo subir. Hay que ser considerado con la situación”, planteó. Y agregó que otro motivo del aumento de consumo se puede deber a que, por la cuarentena, la gente prepara más cosas en casa, como postres.
Pero también ha notado una suba en la venta de queso cremoso, porque el comprador va y lleva “de todo un poco”. El empuje se traslada, aunque en menor medida, a la ricota y el dulce de leche. También están vendiendo más manteca, que no elaboran en Güercio, sino que reciben a modo de permuta por la leche. Y consideró que se debe al mismo interés por elaborar alimentos en casa. Muchos clientes les preguntan, incluso, si tienen levadura.
Como le venden la leche a Yogurlac, Güercio mencionó que la fábrica de productos lácteos ha aumentado la demanda. Esto les permite compensar la caída por parte de las heladerías, que sólo están haciendo delivery. De todos modos, indicó que cuando tienen un excedente lo destinan a elaborar queso.
En cuanto a los insumos, el tambero señaló que suelen tener reserva para 60 o 90 días y por eso, aunque el alimento para las vacas ha subido de precio, no han querido trasladarlo al consumidor final. Agregó que los proveedores conscientes están aumentando un poco, pero no de modo exagerado, porque “el que cobra muy caro no vende”.
Carmelo Capellano, de La Alborada, una empresa con tambo propio en San Martín y la planta elaboradora de yogures y quesos en Godoy Cruz, comentó que se ha incrementado levemente la venta de yogur porque las personas están en casa, y entonces suelen consumir más que cuando están mucho tiempo afuera. La compra de queso ha crecido un poco más y lo atribuyó a que la gente está preparando comidas caseras.
Pese a que están vendiendo más de lo habitual, les está costando conseguir ciertos insumos, como los vasos plásticos para el yogur y las bolsas para envasar los quesos. Capellano indicó que estos elementos vienen de Córdoba y si bien el transporte de alimentos está permitido, el de artículos vinculados a la industria está muy limitado; aunque la situación aún no es crítica.
También manifestó que se le está complicando la compra de alimento, ya que si bien él mismo produce algo de pasto, debe complementar. Como su proveedor de alfalfa es de Sampacho (Córdoba) y se trata de un productor pequeño, no le ha podido realizar los envíos. Afortunadamente consiguió uno en Mendoza. Además, está buscando maíz, para no quedarse sin reservas. Capellano señaló que el precio, tanto del maíz como del pasto, ha subido un poco, y que representa un 10 a 12% de incremento en el costo.
Repunte
Según datos que una de las principales empresas de ventas de lácteos en el país aportó a la consultora Kantar, en el tercer trimestre del año pasado, el consumo de leche y sus derivados cayó un 18% en Mendoza. La mayor caída se registró en los yogures (-30%) pero incluso la leche fluida tuvo un descenso de 16%. Sólo el dulce de leche y los quesos fundidos tuvieron una suba del consumo, de 4% y 7% respectivamente.
El principal motivo de esta baja en el consumo se debió al aumento de precios, ya que, según el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), el litro de leche entera subió casi 60% en un año. Es que a mediados de 2019 se redujo la producción láctea y subproductos como el queso y la manteca se elaboraron en menor cantidad. También crecieron las exportaciones, por tener una cotización más competitiva, y se redujo la oferta en el mercado interno.
De ahí que algunas familias dejaran de comprar o redujeran su consumo. Muchos se inclinaron también por las segundas marcar o por ir directamente al tambo o la fábrica. La cuarentena parece haber reforzado esta tendencia, teniendo en cuenta que en el acumulado enero-marzo de este año los alimentos subieron 10% en Mendoza.