Hace tiempo que los 90 kilómetros enripiados en 2008 de la ruta provincial 31, que une Maciá y Viale, en el departamento entrerriano de Nogoyá, piden reparación urgente. Las lluvias de las últimas semanas puso de nuevo en jaque al llamado Camino de la Producción, que abarca unas 400.000 hectáreas y que tiene 1400 productores agropecuarios y 100 apicultores. Además, en ese corredor hay unos 180 tambos, 35 escuelas rurales y viven 2200 familias.
Entre ellos está Pedro Brandi, un productor lechero que en sus cinco tambos tiene 2200 vacas en ordeñe que producen 16.500.000 de litros de leche por año, (unos 65.000 litros diarios en los meses de mayor productividad). En su firma Caraguatá, que tiene 35 años de vida, trabajan 70 personas en forma directa, de las cuales 26 viven en el campo.
Días atrás, Brandi decidió convocar a funcionarios nacionales, provinciales y municipales para mostrarles en persona los problemas que atraviesa esa zona productiva entrerriana.
Para el productor es primordial que el Estado tome en cuenta las nuevas demandas del campo. “Con el mismo fin de dar sustentabilidad a la producción, proteger la ruralidad y que haya arraigo en la región, les pedimos a las autoridades presentes que nos acompañen con infraestructura pública de urgencia: concretamente mejorar los caminos e invertir en el deficitario suministro eléctrico”, dijo a LA NACION.
En el encuentro de ayer en su establecimiento, del que también participaron vecinos, proveedores y docentes de la zona, asistieron el director Nacional de Lechería del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Arturo Videla; el ministro de Producción de la provincia, Juan José Bahillo; Juan Arias, de Vialidad Provincial; la diputada nacional por Juntos por el Cambio, Alicia Fregonese y los intendentes de Nogoyá, Viale y Macía, Rafael Cavagna, Carlos Weiss y Juan Diego Conti, respectivamente. Allí, les enseñó las inversiones que habían realizado en el último tiempo “con el objetivo de mejorar la eficiencia y la sustentabilidad productiva”.
En este sentido, Brandi contó que por el cambio climático, en los últimos 30 años, el régimen de lluvias en la zona aumentó 300 milímetros, pasando de 980 a 1340 milímetros anuales, con lo cual debieron adaptar su producción agropecuaria a los nuevos requerimientos.
“Principalmente, la producción tambera está expuesta no solo a la variabilidad de los precios y a sus altos costos fijos sino que ahora también está presente el riesgo climático y sobre eso debimos trabajar”, indicó.
Brandi contó que al ser la suya una explotación extremadamente intensiva, con un flujo de unos 150 camiones que retiran la leche al mes sumado al traslado de hacienda, insumos, granos, alimentos para los animales y el tráfico del personal , lleva a que “no se puede demorar más la reparación de esa ruta provincial”.
Porque a pesar de que llueva, el movimiento de camiones y de personas es continuo. “Los días de mucha lluvia son aun más complicados, tenemos que sacar toda la producción láctea de ese día en cuatro tractores hasta el lugar donde el camión pudo llegar y ahí transbordar los miles de litros de leche. Pero el transitar ese camino con los tractores perjudica más el estado del camino para el futuro”, relató.
“Las deficiencias del camino y del servicio eléctrico inciden en los costos de producción ya que durante unos 90 días por año se afectan tractores para auxiliar a los camiones para evitar se encajen en el barro”, añadió.
En la zona hay 35 escuelas rurales, de las cuales una es agrotécnica, otras cuatro son secundarias y el resto son primarias. Una docente que participó del evento en Caraguatá mostró su preocupación por el mal estado del camino que llevó a muchas familias a trasladarse al pueblo y dejar la zona rural.
“Una docente rural contó que está preocupada y triste porque cada vez son menos los chicos que asisten a su escuela porque se han ido al pueblo, cansados de no poder llegar a la escuela los días de lluvia”, añadió el productor.
Al finalizar, los funcionarios “con buena predisposición” le prometieron que en el corto plazo y en carácter de urgente habrá una reparación del camino y de un puente comprometido sobre el arroyo Durazno, que no está en condiciones óptimas y tiene riesgo de desmoronamiento.
“En el largo plazo, es decir para los próximos tres años, nos dijeron que buscarán un programa de financiamiento nacional o internacional para reconstruir todo la ruta”, concluyó.