Ahora mismo, estos costes están en torno a los 35 céntimos por litro, mientras que el precio de la leche cruda en febrero rondaba los 33.
Ante la imposibilidad de negociar los precios por parte de las explotaciones, “las administraciones miran hacia otro lado y permiten que se incumpla la ley, puesto que la norma marca que no se puedan comprar productos por debajo de los costes de producción”, explica Pose. Añade que el Ministerio de Agricultura dispone de todas las herramientas para ver la diferencia entre los precios en origen, los que manejan los intermediarios y los que paga el consumidor. Por su parte, el sindicato lamenta que la Consellería de Medio Rural haya publicado meses atrás una Estrategia de Dinamización del Sector Lácteo “que carece de presupuesto”. Unións pide, además, que las ayudas que se conceden a las industrias lácteas estén condicionadas a que cumplan con los productores.
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La producción lechera en Galicia aumentó un 3,9% en 2020, en comparación con 2019. En el resto de comunidades lo hizo en un 1,7%. Queda patente la importancia de la comunidad a nivel estatal, máxime cuando debido al confinamiento el consumo de leche líquida subió un el de los yogures un 3% y el de queso, un 12. Dentro de Galicia, las granjas pontevedresas tienen cierto peso: hay más de 1.000 explotaciones, que generan el 15,5% de los productos lácteos de la comunidad así como el 10,2% de la producción lechera. El sector lácteo facturó en la provincia, el año pasado, más de 95 millones de euros.
