Su primera visita a Panamá fue como expositor de congresos en el año 2011, brindando charlas gracias a su expertise en Levante de reemplazos Lecheros, un tema que tomaba relevancia en esos años.
Pronto, el hondureño Serve Hernández Argueta -hoy gerente líder del Centro de Alimentación S.A.- se planteó como meta establecer una compañía en esta nación centroamericana que ofreciera servicios a la península Ibérica y América del Sur.
Es un empresario agroindustrial y productor de ganado de carne, además se ha especializado en proyectos ganadores y agribusiness (agronegocios) del INCAE, quien decidió radicarse en tierras panameñas hace seis años y ya con dos hijos nacionales, se declara amante de la diversidad climática del país y la visión colectiva del pueblo canalero.
Lleva cinco años desarrollando propuestas e ideas innovadoras en el sector lechero, las cuales van dejando huellas tecnológicas en distintas zonas de país, incluso ha logrado tanto éxito, que sus proyectos se han replicado en Costa Rica y se replicarán en Ecuador, Portugal y República Dominicana.
Su compañía es hoy una pieza fundamental del proceso de transformación del sector lácteo panameño y está convencido de que es posible convertirse en generador de cambio; que empresas y mentes innovadoras están rompiendo paradigmas y dictando las nuevas reglas del negocio.
¿Qué opinión tiene de panamá y de su sector lechero?
Panamá es una nación líder en logística. Se abre paso en el sector lácteo mundial de forma dinámica y desde hace unos ocho años trabaja para establecer un sistema de producción sostenible, innovador e inclusivo; básicamente buscando la fórmula para alcanzar un sistema de producción propia, con altos niveles genéticos y diversidad de razas; así como establecer laboratorios de control de calidad y el impulso de gremios que puedan hacer realidad las propuestas.
Es increíble el porcentaje de aceptación en conceptos nuevos y tecnología que los productores y el sector en general tienen. El panameño tiene una facilidad para pensar en integración comercial y tercerizaciones a corto plazo; es notable su fuerza de voluntad por diferenciarse con un verdadero sentimiento competitivo. estos ingredientes no se encuentran fácilmente en un sector productivo.
¿Qué lo motivó a establecerse en panamá?
Inicialmente llegué como expositor en los congresos lecheros del 2011. en ese momento era conocido por el enfoque en Levante de reemplazos lecheros, un tema que tomaba importancia en esos años.
Luego decidí establecer una empresa que ofreciera servicios a la península ibérica y América del Sur en el tema de levante, pero no fue posible hasta dos años después, cuando dos amigos panameños confiaron en el concepto y la propuesta; fue gracias a Erick Candanedo un empresario de ideas progresistas y don Raúl Tapia, un sabio empresario con historias de éxito. Para lograr la estabilidad empresarial, también fue importante el apoyo y consejos de don Lorenzo Romagosa, un visionario de trayectoria familiar cafetalera.
¿Desde su perspectiva, cuáles son las fortalezas del sector lácteo en panamá y qué áreas podrían mejorarse?
Panamá es un ejemplo claro que la competencia sana en la industria láctea trae beneficios a toda la cadena de suministro, mejores precios al productor, diversidad de proveedores y certeza de mercado. hay cinco compradores importantes de leche con diferentes programas de fomento que impulsan la eficiencia y productividad.
Es necesario seguir trabajando fuerte para entrenar y educar a su base laboral; el sector lechero requiere igualar la capacidad humana con los cambios y tecnología que estamos introduciendo. soy un convencido que los proyectos agroindustriales deben venir acompañados de tecno-educación para los colaboradores, proveedores y comunidad.
Por otro lado, este es el momento oportuno para que el sector lechero establezca una base moderna de captación, transformación y análisis de la información, y así evitar que se escape la oportunidad de que estas herramientas aumenten la sostenibilidad del sector.
¿Cómo ha impulsado la transformación lechera en Panamá; cuáles fueron sus primeros proyectos y propuestas?
Transformar un país es un trabajo de todos, que requiere sacrificio, tolerancia y tiempo; pero como individuos o empresas podemos ser generadores de cambio, rompiendo paradigmas y estableciendo conceptos.
Hay muchos otros que están aportando ideas e invirtiendo en tecnología y mejorando procesos.
Estas son las semillas que transforman un país. Lo demás es voluntad íntegra para establecer reglamentos y leyes correctas, asociatividad, circulación de cerebros y competitividad empresarial.
Mis primeros proyectos fueron en lecherías en el área de terneras. Iniciamos educando personal de finca con cursos intensivos Calfmanager, acompañamos a empresas de alimentos e insumos para establecer conceptos nuevos de crianza; fue como “arar el terreno” para establecer Centros de Crianza privados en lecherías medianas y grandes.
Mi participación en ocho proyectos me dio la oportunidad de introducir tecnología de punta alemana; nos adelantamos unos cinco a ocho años de los países vecinos.
¿Qué proyectos está desarrollando actualmente y cuáles están en agenda de ejecución?
Actualmente tenemos un Centro de Alimentación de Raciones Totales Mezcladas (TMR FeedCenter), una lechería estabulada rotativa con IOT de 500 vacas, acompañada de un Centro de Entrenamiento -con profesores israelíes- para diplomados en temas innovadores como Informática Lechera, Finanzas lecheras, Automatización y digitalización, Data Mining Lechero, Bienestar Animal y un Centro de engorde acompañado por la Universidad Texas A&M que impulsará la investigación e intercambio de información tropical.
También estoy finalizando la primera Microdairy para empoderamiento de mujeres en la zona alta cerca del Volcan Baru.
Antes del COVID-19, mi esposa y yo iniciamos de forma gratuita, un centro de entrenamiento para formar técnicos lecheros con jóvenes de los pueblos originarios de Panamá. Son hombres y mujeres de los pueblos originarios de Panamá, provenientes de las comarcas, gente muy trabajadora que merece más oportunidad de educación, esperamos continuarlo este año. En agenda para este 2021 tenemos la primera lechería de 70 vacas con Robot y un Centro de Crianza para 2.000 novillas, que fortalecerá la asociatividad entre productores.
¿Cuál es el principal proyecto y cómo aporta a la transformación del sector lechero?
Sin duda, el Centro de Alimentación de Ración total Mezclada (TMR FeedCenter), porque creará un impacto enorme en la logística de cada finca y de algunas zonas enteras, donde sus costos de alimentación son altos. También tenemos lecherías que deben crecer a corto plazo por la alta demanda de leche y el Feed-Center les ha dado la oportunidad de lograrlo.
Este proyecto lo estamos desarrollando desde hace 3 años con mis socios Lorenzo y Guillermo Romagosa -dos jóvenes de mi generación con una capacidad extraordinaria para emprender, sin ellos no hubiera sidoposible-. Vemos nacer un nuevo concepto de alimentación que se adapte a la variabilidad del pastoreo tropical.
¿Hay otro proyecto que desarrolle y que impulsará la transformación lechera?
Las Micro-lecherias (Microdairy). Mis amigos me preguntan cómo puedo estar haciendo una Macro lechería de 500 vacas y al mismo tiempo una de 6 vacas. Ambos conceptos son parecidos, pero en diferente escala. Esto es parte de una transformación: llevar verticalidad y tecnología a las comunidades.
Este proyecto me emociona porque visualizo el impacto en las comunidades especialmente en el empoderamiento de la mujer y la nutrición infantil. Fue diseñada para ejecutarse y operar en 60 días, como proyectos integrados llave en mano y a cargo de tres mujeres, teniendo un ingreso neto de $700 a $900 al mes, más que el salario mínimo en Panamá.
Nuestra meta es establecer 200 Microlecherias en zonas rurales del país.
Además, podría especializarse en uno o dos productos de valor agregado, como yogurt, quesos, helados o cremas. Logramos mejoría en nutrición infantil, generación de empleo femenino, introducción de tecnología y cadena de valor.
¿Afectó o desaceleró la crisis del covid-19 sus proyectos?
No, incluso fue positiva. Al inicio de COVID-19 en marzo, tuvimos esa sensación como grupo, pero recordé un caso en Israel durante la guerra del Golfo Pérsico que leí en Start-up Nation de Dan Senor y Saul Singer, cuando Dov Frohman mantuvo INTEL produciendo bajo una lluvia de misiles cerca de Tel-Aviv y al final dejó un legado: en Israel puedes invertir y los riesgos de catástrofes son irrelevantes.
Estamos en guerra contra el COVID-19, es momento para acelerar algunas inversiones, contrario a lo que el resto del mundo hizo, contraerse; también para demostrar al sector y a nuestros clientes que estamos preparados para producir bajo cualquier amenaza o circunstancia de riesgo. No podíamos dejar desbastecidas de alimentos las lecherías que confiaron en nosotros antes de la pandemia. La industria lechera no puede parar.
¿Algunos de estos proyectos se replicarán en su país honduras, o es posible desarrollarlos?
Pienso que sí, Honduras actualmente debe hacerlo después del paso devastador de 2 huracanes, se creó la oportunidad, he compartido ideas e intenciones con el sector gubernamental y están trabajando fuerte en ello, creo están en el camino correcto, Honduras tiene todas las condiciones y necesidades para transformar su sector lechero, no ha estado bien en los últimos 15 años pero resurgirá, se puede iniciar planificando una o dos regiones, en especial que compartan topografía y condiciones logísticas similares. Ejemplo el occidente del país, una zona cafetalera por excelencia con buena conectividad, cuenta con tierra alta de buen clima, valles entre montañas, una cultura agrícola moderna y eficiente, fronterizo a 2 mercados importantes: Guatemala y El Salvador.