¿Cómo una pyme láctea ha logrado crecer tanto en este contexto y en este mercado argentino tan complicado?

-Con infinitas horas de trabajo, sin regatear el mínimo esfuerzo en el día a día hasta conseguir conocimiento del mercado lácteo argentino.

Hubo mucho ruido en el sector y en la prensa por la sociedad que tienen con capitales venezolanos, ¿cómo es esa sociedad?

-Mira…la sociedad es con personas más que con capitales, ellos son una familia de empresarios venezolanos, los conocí en 2015 en Brasil en una feria de industria y nos asociamos en 2018. Tengo que decir que uno a uno me han dejado asombrado por el ritmo incansable de su dedicaciónal proyecto que juntos llevamos adelante.

¿Cómo encontraron ARSA?

-Con una administración prolija pero con un área comercial desordenada, sin rumbo. Con la necesidad de un mapa de navegación para dirigir al gran capital humano que integra la empresa para lograr llegar a buen puerto.

El negocio al que ingresan tiene detrás dos nombres importantes de la industria nacional y que no están pasando su mejor momento, ¿cómo les influye la situación actual de SanCor y en qué etapa está el acuerdo con Vicentin?

-Nosotros no somos ajenos a la situación actual que atraviesan las empresas nacionales, en especial en el sector lácteo. Revertir la situación de SanCor en mi opinión lo veo viable, a corto plazo, porque sé que cuentan con un proyecto claro, con coherencia, horas de trabajo y capacidad de gestión. Con respecto a Vicentin nos encontramos a la espera del levantamiento de las inhibiciones existentes para el cierre definitivo de la operación.

¿Cuáles son los planes a futuro con esta inversión?

Fundamentalmente recuperar el rico mercado interno argentino y luchar, así sea contra viento y marea, por devolverle a la marca el posicionamiento que supo tener.

¿Cómo ven el mercado de exportaciones?

Estamos trabajando en el tema, visionamos las posibilidades y ya estamos produciendo para cumplir con la demanda.