Como es tradición, la información oficial es inexistente pero en esta ocasión, dos de las novedades se confirmaron a través de redes sociales: la primera, cuando ex trabajadores expusieron los despidos que -si bien centrados en personal que sostenía jornada reducida o retiro anticipado-, habrían tenido también impacto en mano de obra activa; casi en simultáneo, las versiones acerca de deudas con prestadoras de servicios se habría confirmado con la decisión de la Cooperativa Eléctrica de Balnearia, de suspender el suministro a la planta de dicha localidad por falta de pagos (algo que se rumora, podría repetirse en otras plantas).

La combinación de situaciones complejas dan como resultado una tormenta perfecta: baja sostenida en la cantidad de leche procesada, plantas y maquinaria que va quedando obsoleta y con falta de mantenimiento, plantilla de personal (reducida pero aún numerosa) pensada para un flujo de leche que no se consigue y deudas que se acumulan (proveedores, productores, servicios…).

La configuración como Cooperativa ha dado a lo largo del tiempo motivos de orgullos y reconocimiento para la ciudad. No obstante, para el manejo empresarial, emerge como un escollo para el rápido acceso de capitales frescos, a diferencia de lo que podría suceder con una Sociedad Anónima.