La situación de la cooperativa que supo ser modelo de gestión en el país es dramática y para muchos, se encuentra al borde de la quiebra.
La otrora fecunda y rica histórica cooperativa de productores lecheros SanCor, sigue acumulando problemas. En las últimas dos semanas, se repartieron Cartas Documento donde al menos 300 trabajadores fueron desvinculados y en los últimos días la Cooperativa de Provisión de Obras y Servicios Públicos de Balnearia, al este de la provincia de Córdoba, cortó el suministro eléctrico de la planta que la empresa tiene en la localidad.
La situación de la cooperativa que supo ser modelo de gestión en el país es dramática y para muchos, se encuentra al borde de la quiebra, lo que viene abriendo una fuerte polémica en el mundo del cooperativismo nacional. A priori y dadas las evidencias, la única salvación de SanCor Cooperativas Unidas Limitadas (CUL) es reconducirse y convertirse en una “auténtica empresa recuperada”, gestionada por sus mismos asociados quizás en alianza con sus trabajadores, recuperando los principios básicos del cooperativismo que llevaron a esta enorme cooperativa de tamberos a ser un faro en el mundo de la economía solidaria civil del continente y hasta del mundo.
Los grandes problemas de SanCor comenzaron hace 20 años, en 2005, cuando una reforma estatutaria, seguida de malas decisiones administrativas, comenzaron la debacle. En efecto desde entonces la empresa entró en crisis precisamente cuando fue abandonando los principios del cooperativismo.
La ola de despidos tendría un capítulo más, con otras 200 desvinculaciones. En este marco, tres de las cinco plantas que tiene SanCor están prácticamente sin producción y no parece haber luz al final del túnel.
¡Es que ya no puede ni pagar la luz!
La Cooperativa de Balnearia (paradójicamente donde se encuentra radicada una importante planta láctea y también cooperativa), agotados todo tipo y clase de reclamos previos, dada las nefastas consecuencias humanas posibles, cortó la luz a dicha planta de SanCor. La entidad venía advirtiendo sobre la abultada deuda a la empresa láctea, la cual ahora sin luz está obligada a replantear el esquema productivo de esa planta, donde se fabrican quesos semiduros y donde se deriva grasa a Devoto (otra localidad del este cordobés), para la manufactura de manteca y del queso Mendicrim.
Aunque con luz, la misma realidad se vive en las plantas que SanCor tiene en Coronel Gálvez y en Sunchales (Santa Fe), así como en La Carlota (Córdoba). La compañía ya redujo su productividad al mínimo: por estos días procesa alrededor de 180.000 litros de leche diarios, una sombra de los 4 millones que supo dar en las buenas épocas.
En las Cartas Documento, SanCor especificó que la decisión de despido se debe a “razones de fuerza mayor ajenas a la voluntad de la compañía” y que se garantizarán los pagos de indemnización y liquidaciones conforme a la ley.
Vale recordar que el año pasado comenzó con un conflicto entre la compañía y la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra) por la falta de pagos y posteriores bloqueos en las plantas, lo cual repercutió negativa y deficitariamente para que SanCor avance a este colapso.
No obstante, para alivio al menos provisorio de las partes involucradas, en agosto del año pasado la empresa se comprometió a liquidar los sueldos como corresponde; ello gracias a la autorización de notables incrementos en los precios de los productos lácteos por parte del actual gobierno nacional.
Pero enero de 2025 arrancó nuevamente con problemas y los salarios se empezaron a pagar en partes. De esa manera, SanCor confirmó que seguía (y sigue) sin conseguir los aportes suficientes para sostener sus plantas, la producción y los salarios. Por el momento, el gremio no emitió ningún comunicado oficial, pero dadas las variables en juego, se espera que tal conflicto recrudezca.
Solución cooperativa
SanCor no puede superar una crisis que ya en 2016 le generó pérdidas por poco menos de 2.500 millones de pesos. Así entonces, y mal que nos pese, se fortalece la hipótesis legal de formalizar su propia quiebra cuando adicionalmente, según nuestro derecho cooperativo vigente, no existe ninguna posibilidad legal de transformar a SanCor en sociedad comercial ni asociación civil, como tampoco la de vender parcial ni totalmente la misma a terceros, (arts. 6, 24 y cc., Decreto-ley 20.337/73 – Cooperativas).
Las autoridades de SanCor CUL, fundamentalmente el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, (INAES), precautoriamente debieron adoptar oportunas, prudentes y atinadas medidas, legalmente previstas, esto es, solicitar la intervención judicial de la Cooperativa, sin perjuicio de analizar e impulsar en su caso, una gradual, paulatina y novedosa recuperación mixta de la empresa Sancor -total o parcial-; esto último voluntariamente por parte de todos sus asociados genuinamente registrados y en franca alianza con sus trabajadores indemnizados, pero ahora cooperativizados como empresarios de su propio trabajo personal (ajenidad laboral); fuera del alcance de la recurrente hostilidad, entorpecimientos y virulencia de Atilra, expresión gremial cabal del “vamos por todo” kirchnerista.
Por Roberto Fermín Bertossi *
* Experto Coneau en Derecho Cooperativo
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