La rentabilidad de la lechería santafesina atraviesa uno de sus momentos más delicados. Un informe elaborado por CARSFE y la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe advierte que el fuerte incremento de los costos productivos, sin una mejora equivalente en el precio de la leche, está deteriorando de manera acelerada la ecuación económica de los tambos.
El trabajo fue presentado en la Sociedad Rural de Rafaela y se apoya en datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Productivo de Santa Fe, el SIGLeA, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina y relevamientos propios de las entidades.
Uno de los puntos más críticos es la evolución de los costos de alimentación, que crecieron muy por encima de la inflación. Entre noviembre de 2024 y noviembre de 2025, la harina de soja subió 75%, el balanceado comercial 64%, el grano de soja 61% y el maíz 46%. A esto se suman incrementos del 33% en combustibles y del 21% en el costo del ensilado por hectárea. La alimentación representa entre el 30% y el 50% del costo total del litro de leche.
En paralelo, el precio recibido por el productor muestra un marcado atraso. Medido al tipo de cambio oficial, el valor de la leche ronda los 32,8 centavos de dólar por litro, con una caída interanual cercana al 25% en moneda estadounidense. En términos reales, el deterioro es aún mayor, mientras que los precios de los lácteos al consumidor continúan subiendo.
El informe también alerta sobre el creciente endeudamiento de corto plazo, impulsado por eventos climáticos adversos y problemas productivos recientes, como el impacto de la chicharrita en el maíz. La combinación de altos costos, precios retrasados y compromisos financieros pone en riesgo la continuidad de muchas unidades productivas.
Desde las entidades descartaron que exista un problema de sobreproducción. La producción acumulada en los primeros once meses de 2025 ronda los 10.572 millones de litros, en línea con el promedio histórico. Además, destacaron que las exportaciones lácteas muestran un desempeño récord, con proyecciones de hasta 415.000 toneladas en el año, el mayor volumen de la última década.
Finalmente, los dirigentes subrayaron la necesidad de avanzar en medidas urgentes que permitan recomponer la rentabilidad, mejorar la eficiencia de la cadena y sostener al productor primario. Advirtieron que, sin definiciones rápidas, el riesgo de una crisis más profunda en la producción lechera sigue latente.
Fuente: La Ribera Web
