Mastellone Hermanos se sumó hoy a las empresas alimenticias que tuvieron un 2019 con números en rojo. Según informó la compañía a la Comisión Nacional de Valores (CNV), durante el ejercicio pasado registró una pérdida neta de $50 millones, según lo oficializó al presentar su balance anual ante este organismo.
Esa pérdida neta se debe fundamentalmente a la caída del consumo de productos lácteos en el mercado interno, sumada a la devaluación de la moneda nacional. Y la fuerte baja en la demanda de los productos de la categoría se debe a que fueron los que más subieron en los últimos años.
De acuerdo con datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que depende del Ministerio de Agricultura, en 2019 el consumo cayó a su nivel más bajo desde 1990, al ubicarse en los 180 litros por habitante por año, lo que implica una contracción del 5% respecto del 2018. Las exportaciones, en tanto, fueron inferiores a ese período en un 9,5%, y la producción fue casi 2% más baja. Según el organismo, el volumen producido llegó a 10.343 millones de litros, por debajo de los 10.527 millones de litros de 2018.
A pesar de este contexto, Mastellone aseguró –en el comunicado enviado a la CNV– que seguirá apostando al país como lo ha hecho en sus más de 90 años, y que uno de sus objetivos para este año es fomentar el consumo de leche para recuperar los niveles históricos nacionales, y que los argentinos vuelvan a estar entre los principales consumidores de leche del mundo.
“Mastellone cuenta con el 12% de participación en la compra de leche a nivel país y apuesta a la producción nacional, destinando más del 90% de su producción al desarrollo del mercado interno. Por eso, la empresa trabajó para dinamizar el mercado a través del lanzamiento de productos con valor agregado, haciendo inversiones en equipos de envasado para incrementar la productividad de las plantas y mejorar los resultados generales”, destacó.
Además, sostuvo que a pesar de la coyuntura, la empresa continúa “reafirmando su compromiso con el consumidor, con el fin de llegar todos los días con productos frescos y de máxima calidad a más de 70.000 puntos de venta”.
En declaraciones periodísticas realizadas días atrás, Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), afirmó que el año cerró con un volumen de producción “apenas inferior al de 2018 (-1,7%)”, pero se mostró expectante debido a que en enero de este año se verificó un aumento del 5,5% en relación al mismo mes de 2019. De todas formas, la base de comparación del primer mes del año pasado fue muy baja principalmente debido a las altas temperaturas registradas en la cuenca central.
Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que depende del Ministerio de Agricultura, en 2019 el consumo cayó a su nivel más bajo desde 1990, al ubicarse en los 180 litros por habitante por año, lo que implica una contracción del 5% respecto del 2018
Para el 2020, en el organismo estiman un crecimiento de la producción de leche de 2,2% respecto de 2019 y una recuperación del consumo debido a las políticas que se están adoptando desde el Gobierno, ya sea desde el Ministerio de Desarrollo Productivo con los precios cuidados, así como desde Desarrollo Social, con la tarjeta alimentaria y el impulso del consumo de lácteos.
En cuanto a las exportaciones, se avizoran pocas posibilidades de recuperación debido al bajo valor del tipo de cambio efectivo para la liquidación de divisas y la suba de derechos exportación, sumada a los bajos niveles de reintegros. Las ventas al exterior se encuentran estancadas, con un precio promedio de USD 3.494, cuando entre 2013 y 2015 la leche en polvo registró valores de hasta USD 5.000 por tonelada.