Al sector primario, pese a que es récord su participación en el valor final de la leche, afecta el aumento de los costos y también las retenciones. A todo esto, la rentabilidad de la industria está en rojo, entre otras cosas, por la vigencia de los Precios Cuidados.

La industria láctea pierde plata con la política oficial. La facturación del sector fabril reviste un rojo de $ 1.600 millones, y las pérdidas en su negocio duplica este valor. El tambero tampoco puede aprovechar su nivel de participación histórica del 37% en el valor final de la leche. Lo impiden cuestiones tales como la suba de los precios internacionales de la soja y el maíz, y el mantenimiento de esquemas oficiales de control de precios y el pago de retenciones. Todo esto le quita brillo al negocio lechero que hasta mediado del 2020 reportaba un resultado favorable.

Jorge Giraudo, Director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), reconoció en diálogo con Infobae que “hoy la participación del productor en el precio final de la leche está en el máximo histórico para el mercado interno y a pesar de eso se escucha en el sector primario que no se llega a cubrir los costos de producción. Realmente el precio pagado por la leche subió lo mismo que la inflación y el tipo de cambio, e incluso más, sin embargo cuando se evalúa el costo de producir leche el mismo subió un 65% por una cuestión ajena a la lechería, como la suba en los precios internacionales del maíz y la soja que son parte principal de la alimentación de los animales”.

Giraudo también reconoció que el incremento que experimentan el poroto de soja en el orden mundial y también local, “impacta sobre los contratos de arrendamiento, ya que el 50% de la superficie alquilada por los tambos están atados al valor del quintal de soja. Debido a esto los costos de las producciones tamberas crecieron en demasía”, explicó el referente del OCLA.

Hay que tener en cuenta que el precio de la leche al productor tuvo una mejora interanual del 44,5%, y el valor de salida de fábrica (al que vende la industria), se incrementó en un 35,1% y los precios finales (promedio de ambos mercados antes de impuestos a la venta), subieron 26,3%.

Asimismo, la participación del sector primario a abril sobre el precio final de la leche en las góndolas ronda el 37,6%, porcentual que exhibió una mejora de 3,1 puntos en la comparación interanual. La industria en tanto presentó una participación del 27,8%, con un retroceso de casi 2 puntos porcentuales y el sector comercial perdió unos 5,4 puntos porcentuales tras alcanzar una participación del 18,5%. En tanto, la participación del Estado alcanza el 16,2% (sólo considerando impuestos a la venta).

Relación histórica

Más allá de su alto nivel de participación, el tambero no se considera en una posición hegemónica producto del resultado que reporta el negocio, con valor de los granos e insumos dolarizados en alza. Muchos son los que lamentan que se haya roto –producto de la suba granaria- la histórica relación de 2 kilos de maíz por un litro de leche cruda. Hoy el valor de estos granos ronda los $ 40 mientras que el litro de leche solo se paga a razón de $ 28. Actualmente se considera imposible reconstituir el equilibro entre ambos valores.

“Por esto –aseguró Giraudo- se constata un resultado negativo de la industria láctea a pesar que los precios para los lácteos están bien. Hoy la torta que ofrece el negocio de los lácteos es chico. Allí juegan en contra los programas de Precios Cuidados y Precios Máximos, una diferencia que beneficia al consumidor, y luego también tenemos otra porción que se lleva el Estado nacional con el cobro de los derechos de exportación”.

Tal como refirió Giraudo, para el sector industrial resulta difícil beneficiarse con los buenos precios internacionales que reportan productos claves como la leche en polvo. Hoy en el mundo rigen valores como los que se pagaron la última subasta Fonterra en Nueva Zelanda, de USD 4.100 por tonelada, ya que en el ámbito local solo se logran precios de hasta USD 3.700.

Facturación

El último informe del OCLA señaló que la facturación del sector lácteo a abril de 2021 fue de $ 70.310 millones, cifra que reporta un incremento del 44,5% interanual. Dicha facturación es similar al incremento que presentó el costo de vida en igual período del 42,6%. Sin embargo, se reconoció que el valor de la leche entera logró un incremento interanual del 32,6%, favorecido por el incremento en el volumen de venta y no por el precio.

Así se indicó que “el resultado sectorial resulta negativo en $ 1.622 millones, con un rojo de este año de $ 3.322 millones mientras que el año anterior dicho resultado fue positivo en $ 1.700 millones para el sector industrial. El poder de compra industrial se incrementa un 44,3% respecto a igual mes del año anterior, llegando a una cifra de $ 26,76/litro cuando el precio real liquidado por el Panel de 18 industrias fue de $ 26,64.

“Los ingresos de la cadena se vieron restringidos en el plano interno por precios máximos y precios cuidados, un consumo que fue muy similar al año anterior y en el mercado externo, los mejores precios internacionales, incentivaron las exportaciones que crecieron un 20% en litros equivalentes en marzo respecto al 2020”, informó el Observatorio.

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