Reducir la cantidad de horas trabajadas por jornada, sin que haya por ello una pérdida del ingreso que reciben los trabajadores, en el marco del avance tecnológico que se viene dando en la industria láctea, es una propuesta que la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) aprobó tratar con el sector empresarial.
Los trabajadores votaron por unanimidad que la dirección de la federación tome la propuesta y evalúe en qué momento, luego del Consejo de Salarios, se presentará la misma a las empresas, entre ellas a Conaprole, la compañía de mayor porte en el sector agroindustrial lácteo.
Enrique Méndez, representante de la FTIL, explicó a El Observador que la idea surgió porque en el mundo del trabajo, y específicamente en Uruguay, se está dando “la revolución tecnológica automatizadora 4.0, en la que hay avances tecnológicos que en algunos casos aumentan responsabilidades, llevan a nuevas formaciones, en muchos casos han aumentado los niveles de productividad y también pueden despojar puestos de trabajo”.
Se declararon en conflicto
La propuesta fue votada en el marco de la Asamblea General que la gremial realizó el jueves pasado en Montevideo, en la sede de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC), luego de reunirse con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, por el no avance en el ámbito de Consejos de Salarios.
En ese marco, los trabajadores se declararon en conflicto con la Cámara de la Industria Láctea Uruguaya (CILU).
Méndez sostuvo que una vez concluya lo relacionado con el Consejo de Salarios la FTIL evaluará cómo se puede avanzar en torno a “todo aquel avance tecnológico que impacte negativamente en los puestos de trabajo”, en el entendido de que se pueden reducir las jornadas laborales sin bajar los salarios, para que la propuesta no impacte negativamente en las economías familiares de los trabajadores.
