En el primer semestre bajó 13,2 por ciento el consumo de leche, que es el más bajo desde 2003. El Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), que depende de la Secretaría de Agricultura, reconoció la abrupta caída de la demanda, a un mínimo en 16 años.
La inflación en los productos lácteos repercute en la capacidad de consumo de la población.

En el primer semestre bajó 13,2 por ciento el consumo de leche, que es el más bajo desde 2003. El Observatorio de la Cadena Láctea, que depende de la Secretaría de Agricultura, reconoció la abrupta caída de la demanda, a un mínimo en 16 años. Se debe a la disparada de los precios, del 93,5 por ciento interanual.

Durante el gobierno de Cambiemos hubo un descenso ininterrumpido en el consumo per cápita anual de leche hasta ubicarse actualmente en el menor nivel desde 2003. En el primer semestre del año el consumo fue de a 182 litros, un 13,2 por ciento menos que en 2018 y un 16,1 por ciento por debajo de 2015, según el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), que depende de la Secretaría de Agricultura.

La caída refleja el aumento de la pobreza que restringe el acceso a la alimentación. La falta de una política pública que desacople los precios internos a los que acceden las familias respecto del comportamiento de la leche en polvo con destino a la exportación explica también la escalada de precios en las góndolas, superior al nivel de inflación general. Es una tendencia que no se detiene. La firma Danone envió a los mayoristas listas de precios con remarcaciones del 20 por ciento a partir de octubre.

Entre agosto de este año e igual mes de 2018 los precios de productos lácteos aumentaron 93,5 por ciento en promedio. “Los argentinos estamos pagando a nivel de exportación de leche en polvo y, en algún caso, más caro”, explicó a PáginaI12 el presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco), Pedro Bussetti.

“Consumimos 35 litros menos de leche por habitante que en 2015”, señala Deuco. El consumo per cápita se encuentra en 182 litros de leche equivalente, el menor nivel desde 2003 (179 litros). Es incluso menor a 2001 (222 litros) y 2002 (195 litros). Si se analiza todo el período macrista, hubo caída en todos los años, partiendo de los 217 litros que se consumía a fin de 2015: a 200 litros en 2016, a 195 litros en 2017 y a 190 litros el año pasado. Los datos son del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA).

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