Con el tema Vicentin como caldo de cultivo, algunos se aventuran a decir que la Cooperativa Láctea más importante del país espera un “salvataje” similar al que el Gobierno ensaya por estas horas con la cerealera. Sin embargo desde SanCor afirman que la “reestructuración” comenzada en 2017 marcha muy bien y con grandes chances de empezar a crecer.

Cada vez que SanCor gana protagonismo en los medios nacionales, el lector se enfrenta a una dura tarea de discernimiento en torno a la verdad, puesto que la cooperativa mantiene desde hace varios años un hermetismo mediático y comunicacional que muchas veces le juega en contra y llama a la suspicacia.
Si a esto se le suma que las notas periodísticas y las declaraciones que se difunden en torno al tema, no poseen la actualidad suficiente o los interlocutores no son los adecuados, la confusión y las maniobras informativas se imponen sobre los hechos reales.
Nuestro Agro accedió a información calificada que desmiente los dichos del gremio ATILRA azuzando fantasmas de intervención estatal, vertidos en notas periodísticas que indican que la situación de SanCor ha empeorado desde el inicio de su crisis en 2016. “No sólo que no es cierto lo que se dice sino que estamos atravesando la tercera fase de nuestro plan y nos preparamos para crecer”, dijo una voz autorizada de la cooperativa ante nuestra consulta.
EL PLAN ENTRA EN SU TERCERA FASE
SanCor está atravesando su proceso de reestructuración normalmente según lo estipulado en sus tres etapas planificadas allá por 2017. Ese año, el “Plan SanCor 1”, que fue el fideicomiso encarado con Banco Nación, desarrollado en tiempo y forma sirvió para encausar administrativamente a la compañía, achicando su estructura y rediseñando sus operaciones productivas y comerciales.
Luego vino el “Plan SanCor 2”, un fideicomiso con el BICE que aseguró un flujo de fondos e incluyó la reestructuración financiera, el acuerdo con sus acreedores y la regulación de su situación impositiva y fiscal, algo que marcha según lo estipulado por las autoridades de la empresa. Ellos aseguran estar muy conformes y en un 95% de aceptación respecto a los acuerdos preventivos extrajudiciales (APE), por los que se obtuvieron quitas de hasta el 60% de la deuda.
Lejos de evidenciar una situación límite o reconocer un descontrol adminsitrativo, desde la cooperativa afirman que están en condiciones de encarar el tan mentado “Plan SanCor 3”, que es ni más ni menos que el objetivo de crecimiento y vuelta al protagonismo de la marca en la cadena láctea. Esto requiere de conseguir capital de trabajo para emprender la fase de crecimiento, lo cual se haría a través de un fideicomiso, que no necesariamente incluiría al Estado ni requiera por ello de una intervención pública.
Esto contrasta con los dichos publicados recientemente del sindicalista Héctor Ponce (ATILRA), quien dijo que “en la conformación del fideicomiso están trabajando el Ministerio de Desarrollo de la Nación a cargo de Matías Kulfas, representándolo Emmanuel Álvarez Agis” y “también está involucrado fuertemente el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES), directamente con su presidente, Mario Cafiero”.
El “Plan SanCor 3”, según confirman desde la cooperativa, implica conseguir capital de trabajo para crecer fuertemente en los próximos meses y llevar los actuales 600.000 litros diarios a 800.000 promediando la primavera. “El objetivo del plan apunta a conseguir 1,5 millones de litros en un lapso de 24 meses, que es la capacidad de procesamiento que hoy tiene la cooperativa luego de su reestructuración”, indicó una fuente cercana al Consejo de Administración de la cooperativa. “Estamos proyectando un plan sostenible a 60 meses”, agregó la misma voz.
FUERTE TRANSFORMACIÓN
Desde SanCor admiten que todo lo realizado y proyectado siempre estuvo consensuado con el gremio y con los diferentes gobiernos (nacional y provinciales), a fin de llevar transparencia a los socios en todo el proceso, el cual “no fue sencillo pero siempre ajustado a un plan de reestructuración”.
Algunos datos objetivos que ilustran esta fuerte transformación, podrían resumirse en que de los 5.100 empleados que la cooperativa tenía en diciembre de 2016, se pasó a los actuales 1.800 puestos de trabajo.
Entre las grandes operaciones de achicamiento en este tiempo, se destaca la venta a Adecoagro de las dos plantas más modernas que tenía en Chivilcoy y Morteros, junto a las marcas “Las Tres Niñas” y “Angelita”, por un monto de 45 millones de dólares.
También la venta de la sociedad ARSA al grupo Vicentín por 100 millones de dólares totales por la línea de frescos y el uso de las marcas de afamados productos.
¿ES POSIBLE UNA INTERVENCIÓN?
Todo es posible analizando los antecedentes de un Gobierno que posee un fuerte perfil estatista. Sin embargo, ir por la intervención de SanCor en este momento sería un grosero error político, ya que se trata de una empresa cooperativa que ha hecho un esfuerzo muy grande en estos tres últimos años por dar solución a una profunda crisis, y luego de un doloroso proceso de transformación y achicamiento, hoy evidencia un relativo grado de salubridad y saneamiento empresarial.
Desde SanCor enfatizan que no están pidiendo un rescate al Gobierno, a modo de intervención. Incluso desde el mismo Gobierno trascendieron comentarios en estos días de que no están evaluando una acción de este tipo, sino que sólo están atentos al proceso que lleva adelante la cooperativa, tal como lo confirman desde Sunchales.
Por este motivo, sorprende lo que trascendió desde el gremio ATILRA en torno a una posibilidad de “salvataje” o “rescate” por parte del Gobierno, lo cual podría llegar a generar una reacción negativa en el interior, similar a lo que está sucediendo con el caso Vicentin.

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