El abandono de las prácticas de producción tradicionales lleva a la pérdida del sabor y la calidad exclusiva de estos quesos vascos.

El abandono del pastoreo pondría en peligro el queso de Idiazabal, un producto de la gastronomía tradicional vasca y considerado uno de los mejores del mundo, tal y cómo lo conocemos hoy. Esta es la señal de alarma que lanza el grupo de investigación multidisciplinar Lactiker – Calidad y Seguridad de Alimentos de Origen Animal de la UPV/EHU.

Este gruop trabaja, entre otros ámbitos, en la caracterización de los procesos bioquímicos, microbiológicos, y tecnológicos implicados en la fabricación de queso que influyen directamente en su calidad tecnológica, nutritiva y sensorial, así como en su seguridad higiénico-sanitaria, con el fin de poder facilitar al sector productivo la información necesaria para obtener un producto de alta calidad y seguridad.

Según explica Luis Javier R. Barrón, investigador principal del grupo, desde hace 25 años trabajan codo con codo con pequeñas queserías artesanales de elaboración de Idiazabal, “en las que el papel del quesero o la quesera es crucial, porque el control de los parámetros de elaboración del queso está regulado, pero no se lleva a cabo de forma automatizada”.

“Los quesos elaborados en estas pequeñas queserías se podría decir que son productos de autor: hemos observado que la manera en la que afrontan la coagulación, es decir, los tiempos de coagulación, la cantidad de cuajo utilizada, el tipo corte que aplican, el desuerado, etc., o sea, procesos esenciales para la elaboración de un queso, dependen mucho de los propios artesanos”, explica el catedrático de la UPV/EHU.

En un reciente estudio han investigado las relaciones entre las condiciones de elaboración del queso y las propiedades de la cuajada y el queso final obtenido, con el objetivo de mejorar el rendimiento quesero, y mantener la calidad del producto. Según indica el investigador, los resultados obtenidos “podrían ayudar a establecer pautas específicas a utilizar en los procesos de coagulación y desuerado, contribuyendo a mejorar el proceso de elaboración del queso Idiazabal artesano”.

Otro reciente estudio llevado a cabo por Lactiker ha servido para analizar en qué medida las condiciones ambientales o tecnológicas afectan a la diferenciación sensorial de los quesos de leche de oveja cruda producidos en queserías de valle o de montaña.

El grupo Lactiker, además de colaborar con las pequeñas queserías artesanas, colabora también con la Denominación de origen y con asociaciones de productores, como la asociación Artzai-Gazta. Como fruto de la tesis doctoral llevada a cabo por la doctora Ane Aldalur, el grupo ha publicado y distribuido un tríptico dirigido a ese tipo de pequeñas queserías, en el que se proponen una serie de recomendaciones a los pequeños productores.

“Creemos que va a orientar a los queseros a que puedan controlar mejor el proceso de fabricación. Nosotros aprendemos de los queseros y queseras, y ellos de nosotros. Ellos tienen la experiencia de hacer el queso y nosotros buscamos los porqués y las posibles mejoras, y cómo solucionar algunos problemas”, afirma el investigador principal del grupo.

Así mismo, el grupo Lactiker lleva trabajando unos años en una línea de investigación cuyo objetivo principal es la evaluación de la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos, especialmente basados en pastoreo, que lleva a cabo con colaboradores de otros grupos de investigación.

“Tenemos que buscar formas de evaluar la sostenibilidad de los sistemas que se basan en pastoreo, que se sustenta en pilares como la dimensión económica, medioambiental, la calidad y seguridad alimentaria, la perspectiva social, la cultural, etc. Tenemos que investigar si a medio o largo plazo esos sistemas son sostenibles en el mundo globalizado en el que nos encontramos. Esas pequeñas queserías pueden defenderse y podrán defenderse si son sostenibles. Y eso también queremos transmitírselo a la sociedad. Sería muy interesante ver cómo podemos apoyar a los pequeños productores que manejan su propio rebaño en condiciones de pastoreo, como son los de oveja Latxa“.

“Existen bastantes problemas y dificultades, pero uno de los más significativos, y que viene produciéndose en muchas áreas de Europa y de otros países mediterráneos, es el progresivo abandono de los sistemas de pastoreo: si elaboramos el queso con leche que no procede de ovejas en pastoreo, el queso Idiazabal dejará de tener las características y propiedades que tiene en la actualidad, y se perderán progresivamente las consecuencias positivas que el sistema de pastoreo aporta al medioambiente, la biodiversidad, la cultura y el desarrollo rural”, concluye.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas

Más Leídos

Destacados

Sumate a

Mundo

Seguinos

Suscribite a nuestro newsletter