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4 Dic 2024
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De recolectar crema con un camión por los tambos de la zona, la firma pasó a ser uno de los principales fabricantes de lácteos del país.

“Nadie preveía un crecimiento 10 veces mayor. Era improyectable”, admite hoy Santiago Piazza, tercera generación familiar dentro de la empresa que iniciaron su abuelo, su padre y su tío en una planta alquilada en Villa María.

Poco más de un cuarto de siglo atrás, Reinaldo Piazza tenía un camión con el que recolectaba crema por los tambos de la zona, para llevarla a las industrias que la procesaban. Era sólo un transportista.

Su hijo mayor, Gustavo, se sumó al trabajo y trajo ideas nuevas. Le propuso dejar de recolectar para otros y empezar a fabricar, con esa crema, su propia manteca.

Se agregó Horacio, el hermano menor, y largaron con una pequeña planta propia. Al año, surgió la posibilidad de comprar la marca Tonadita y se mudaron a un establecimiento alquilado en Villa Nueva, vecina a Villa María.

En 2015, cuando llegaron a su actual emplazamiento en Villa María, ya producían 200 mil kilos de manteca por mes. Siete años después están fabricando tres millones de kilos entre todos sus productos, con el queso cheddar en fetas como su nueva estrella.

Todo este crecimiento se dio en el mismo predio. Fueron adaptando las instalaciones dentro del espacio de siempre, que ya quedó chico, rodeado de viviendas y de otras industrias.

130 PUESTOS DE EMPLEO MÁS

Hace poco, la empresa presentó ante el gobernador Juan Schiaretti su nuevo proyecto: una planta sobre la autopista Córdoba-Rosario con la capacidad de procesar unos 10 millones de kilos de productos lácteos por mes.

Desde hace un año, Santiago Piazza (hijo de Gustavo) es el gerente general de Elcor, la fabricante de manteca y queso cheddar Tonadita, entre otros productos que pueden verse en las góndolas de supermercados y en cadenas de hoteles del país.

Además de la marca propia, que vienen fortaleciendo a partir de un cambio de estrategia, fabrican manteca para las etiquetas Milkaut, Verónica y Tremblay, entre otras.

EL QUESO DE LAS HAMBURGUESAS MÁS FAMOSAS

Por si fuera poco, son los elaboradores de las fetas de queso que dan su particular sabor a las hamburguesas de Burger King y de Mostaza, y están comenzando a trabajar con McDonald‘s.

Sí, las famosas hamburguesas que se comen en todo el país, se hacen con el queso elaborado en Villa María.

Todo esto es parte del crecimiento mencionado, y que se traduce en el proyecto para la construcción de una nueva planta, para llevar la producción mensual de tres millones a 10 millones de kilos de productos lácteos, sumando unos 130 nuevos puestos de trabajo.

La planta actual es “chica” a lo que será la capacidad de producción de las nuevas instalaciones.

Uno de los puntos fuertes de la empresa es su incorporación y renovación de tecnología. La mayoría de sus equipos de batido, procesamiento y empaquetado son europeos, principalmente alemanes.

Aseguran ser la empresa más actualizada en este rubro, al tiempo que ocupan los primeros puestos en producción y exportación de manteca.

En 2019 sumaron la producción del queso cheddar en feta, decisión que terminaría siendo más que importante en el nuevo enfoque de la empresa.

“En manteca llegamos a un techo. El crecimiento es más complejo por una cuestión de materia prima, pero no en quesos, donde el limitante es el mercado, y podemos crecer”, comenta el menor de los Piazza.

EN LA CREMA

La crema es un subproducto de la industria láctea, cuya disponibilidad en volumen depende de si se fabrica más o menos leche en polvo o descremada. “Debemos tener la capacidad de trabajar a full o al mínimo, según la disponibilidad”, completó Piazza.

Crecieron haciendo mantecas para supermercado y otras mantequeras, pero ahora la idea es que deje de ser el principal producto para apostar a la quesería.

El cheddar americano se hace con formulaciones a pedido de las cadenas de hamburgueserías, respetando los requerimientos de las casas matrices para cumplir con el estándar internacional.

“Abastecer a estos clientes hoy nos importa mucho. Son ultraexigentes en calidad, producto y entrega, mucho más exigentes que el supermercadismo”, remarca Piazza.

La mayor competencia, agrega, no es el productor local, sino la importación. Pero justamente en un contexto de restricciones para el ingresos de productos, se abrieron nuevas puertas entre los grandes jugadores de la comida rápida.

Jimena Cajeao, la gerenta de calidad, es quien guía el recorrido por la planta que, en unos años, pasará a ser historia.

Las medidas de higiene y seguridad son altas. La firma cuenta con certificación FSSC 22000 (Food Safety System Certification), esquema que garantiza inocuidad de producto con reconocimiento internacional.

“Si no tenés esa certificación, las empresas multinacionales no te abren ni la puerta”, apuntan desde la fábrica.

FUTURO Y AMPLIACIÓN

El futuro de la empresa, con la tercera generación tomando las riendas, estará en las 37 hectáreas que adquirieron junto a una de las principales vías de comunicación del país.

Con un monte nativo de siete hectáreas y una laguna natural, el emprendimiento se proyecta con perfil ambiental.

“Por un lado, vamos a poder sacar la invasión sobre la ciudad de 12 a 15 camiones que por día llegan a la planta. Todo lo que se aportaba como positivo, hoy empieza a molestar. El nuevo emplazamiento ayudará a descongestionar la zona”, señala a La Voz Pablo Boutet, gerente de ingeniería.

Es quien lleva la carpeta con todo el proyecto y adelanta que la idea es que la planta tenga una impronta de sostenibilidad en uso de energías y tratamientos de efluentes.

Hacia ese horizonte viaja esta empresa familiar villamariense que, después de 24 años de trabajo y crecimiento, puede decirse que está llegando con la manteca al techo.

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