Adicionalmente, el 88% de los empresarios percibe que la economía local está peor que un año atrás. Así, el contexto local condiciona las decisiones y resultados de los negocios y empresas agropecuarias, impactando en la producción y sostenibilidad de los sistemas”.
Un 35% de los empresarios indicó que no considera que es un buen momento para realizar inversiones, mientras que otro 32% señaló que es indistinto. Más de la mitad de los encuestados manifestó haber registrado algún tipo de problemas con el gasoil. Los mayores inconvenientes generados en la adquisición de ese insumo crítico, que tuvieron especial incidencia en el norte argentino, fueron los sobreprecios y las dificultades para realizar labores agrícolas o bien transportar productos o insumos.
Condiciones impositivas, cambiarias y comerciales impactan en los términos de intercambio del productor, afectando producción y sostenibilidad de los planteos. En ese sentido, un 29% de los empresarios agrícolas consultados señaló que planea reducir el uso de fertilizantes en la campaña 22/23.
Por otra parte, sumada además la situación climática, se prevé una merma de la superficie de gramíneas. Al respecto, los consultados manifestaron que reducirían el área sembrada de maíz (temprano + tardío) y trigo en un 1% y un 3% respecto del año anterior respectivamente, mientras que el área de soja y girasol crecería en un 3% y un 13%, lo que terminará configurando una rotación agrícola menos sostenible.
En cuanto a los empresarios ganaderos consultados dedicados a la actividad de cría, un 56% indicó que planea incrementar el stock de vientres bovinos en un promedio general del 6,7%. Ambos guarismos –los más elevados de la serie histórica– muestran que la hacienda representa, en el actual contexto, un refugio contra la desvalorización progresiva del peso argentino en un escenario con escasas alternativas de inversión.
Por segundo año consecutivo la ganadería cederá superficie a la actividad agrícola, aunque este fenómeno presenta matices muy variados en las diferentes regiones productivas.
En lo que refiere a la actividad lechera, un 79% de los empresarios lecheros encuestados manifestó haber registrado inconvenientes por restricciones hídricas, especialmente en lo relativo a una menor producción de pasturas y verdeos que obligó a incrementar el uso de concentrados.
A pesar de tales dificultades, las empresas lecheras CREA planean seguir incrementando la producción tanto en el corto como el mediano plazo a partir de un aumento de la cantidad de vacas en ordeñe y de la producción individual.