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9 Mar 2025
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La manteca pasó de ser el cuco a convertirse en símbolo de lujo y tradición. ¿Cómo se reinventó este pilar gastronómico a lo largo de los siglos?
El regreso de la manteca no es solo una cuestión de nutrición, sino también de estética y cultura.
El regreso de la manteca no es solo una cuestión de nutrición, sino también de estética y cultura.

Hubo un tiempo en que la manteca fue desprestigiada. Las góndolas de los supermercados estaban repletas de margarina y productos como I Can’t Believe It’s Not Butter (sustitutos de la manteca elaborados principalmente a base de aceites vegetales y emulsionantes que se popularizaron en el siglo XX como una alternativa “más saludable”) que parecían haberle ganado la batalla al tesoro lácteo. 

Pero en los últimos tiempos, la manteca resurge con fuerza: desde los entusiastas del rendimiento cognitivo que agregan cucharadas de manteca a su café hasta la moda de las butter boards que inunda las redes sociales.

Más allá de las modas y los debates nutricionales, la manteca ha sido un pilar en la alimentación y la cultura humana durante milenios. Ha servido como moneda de cambio, símbolo de estatus y hasta elemento ritual. ¿Cómo ha logrado mantenerse relevante a lo largo del tiempo?

Un recorrido milenario: de los vikingos a los influencers

El ser humano consumió manteca por al menos 10,000 años. Se sabe que antiguas civilizaciones la usaban no solo en la cocina, sino también como conservante, medicina y ofrenda en rituales. 

En algunas culturas, era considerada un símbolo de riqueza y bienestar, mientras que en otras se la veía con desdén, asociándola con las costumbres de los pueblos del norte de Europa.

En ciertas ceremonias, verter ghee en el fuego sigue siendo un acto simbólico de prosperidad y unión.
En ciertas ceremonias, verter ghee en el fuego sigue siendo un acto simbólico
de prosperidad y unión.

 

En regiones cálidas, donde la manteca convencional se echaba a perder rápidamente, surgieron variantes como el ghee, una manteca clarificada que ha sido un pilar en la gastronomía y la vida espiritual de muchas comunidades. En ciertas ceremonias, verter ghee en el fuego sigue siendo un acto simbólico de prosperidad y unión.

De cuco nutricional a superalimento

El debate sobre las grasas ha sido un vaivén constante. Durante décadas, las campañas de salud promovieron la margarina y otras alternativas como opciones más saludables, relegando a la manteca a un papel secundario. 

Sin embargo, estudios recientes han revalorizado su perfil nutricional, resaltando que, consumida con moderación, puede formar parte de una dieta equilibrada.

Los expertos en nutrición coinciden en que la percepción de los alimentos cambia con el tiempo. 

Durante años, la grasa fue vista como un enemigo, pero hoy se reconoce que no todas las grasas son iguales y que la manteca, especialmente en sus versiones más naturales y mínimamente procesadas, aporta beneficios en sabor y textura difíciles de reemplazar.

Este cambio ha sido impulsado, en parte, por la tendencia hacia lo artesanal y lo menos procesado. 

La manteca cultivada —fermentada con cultivos bacterianos para desarrollar un sabor más profundo— está ganando popularidad en panaderías y cocinas gourmet, respondiendo a la demanda de consumidores que buscan ingredientes auténticos y de calidad.

El renacimiento de la manteca: del pan a Instagram

El regreso de la manteca no es solo una cuestión de nutrición, sino también de estética y cultura. En redes sociales, las butter boards —tablas de manteca decoradas con hierbas, especias y pan— han captado la atención de los foodies, mientras que chefs y panaderos apuestan por técnicas tradicionales para resaltar su sabor y textura.

 

 

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Los profesionales de la gastronomía destacan que la manteca de alta calidad puede marcar la diferencia en una receta. Aquellas con mayor contenido de grasa y menos agua ofrecen una textura más cremosa y un sabor más intenso, lo que las hace ideales para la panadería y la repostería.

Incluso en un mundo donde los superfoods cambian cada temporada y la ciencia de la nutrición sigue evolucionando, la manteca ha demostrado ser mucho más que una simple grasa: es historia, cultura y placer en su forma más pura.

Así que la próxima vez que un pan recién horneado llegue a tu mesa, tal vez valga la pena honrar los 10,000 años de historia que lo acompañan con una generosa porción de manteca, sin culpa y con todo el disfrute que merece.

 

Valeria Hamann

EDAIRYNEWS

 

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