Se llevó a cabo esta semana el Foro sobre lechería que anualmente organiza INALE. En medio de un panorama desolador para la lechería nacional, el instituto de la leche convocó a una jornada de conferencias bajo el título “Tendencia y desafíos de la lechería mundial”.
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Por cierto que dadas las circunstancias dramáticas del tambo en nuestro país, donde los modelos productivos se han vuelto obsoletos no en lo productivo pero si en lo económico, era de esperar un análisis con el foco en esta realidad. Con esa expectativa es aguardaba esta convocatoria que anualmente realiza el INALE.

En la mañana se presentaron varias conferencias, la primera sobre el medio ambiente en los sistemas lecheros, por cierto tema sensible y relevante, luego sobre los sistemas de innovación y extensión en Nueva Zelanda más una presentación final sobre modelos de asociación entre dueños de la tierra y propietarios de ganado lechero que son comunes también en Nueva Zelanda.

Recién las dos últimas conferencias de la jornada refirieron al negocio de la lechería como tal. Una primera con un detallado análisis del negocio de productos lácteos en el mundo y finalmente un comparativo de los principales sistemas de producción lecheros en los principales países exportadores.

El participante recién pudo tener una primera aproximación a la crisis de la lechería nacional en esta última conferencia, dónde el expositor neozelandés realizó un comparativo entre los sistemas productivos de Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Sudáfrica, Estados Unidos y Uruguay. Su análisis comparó elementos claves del sistema productivo tales como uso de concentrados, producción de pasto, carga animal, producción por hectárea, uso de suplemento por litro producido, porcentaje de pasto en la dieta animal. En este comparativo nuestros sistemas de producción están entre los peores de la clase junto con Argentina y Australia. Todos países con la lechería en crisis. La antítesis es Nueva Zelanda, con el sorprendente caso de Sudáfrica.

Las recomendaciones refirieron a bajar costos de producción, aumentando el pasto en la dieta, con un tipo de vaca diferente en el tamaño del animal, para finalmente pedir un cambio de cabeza entre productores y técnicos que permita innovar modificando los actuales sistemas productivos. Esto nos recuerda una vieja discusión entre los profesionales dedicados a asesorar a la producción lechera. Lechería pastoril o lechería en base a concentrados. Vacas chicas de bajo costo de mantenimiento o vacas de gran porte y altísima producción individual. Producir más por hectárea o por vaca. En estas dicotomías, la primera opción es la correcta pero en algún momento hemos optado por la segunda.

Esta última presentación, la que cuestiona severamente nuestros modelos productivos basados en una lechería de alto costo de producción por vaca, debió haber sido la primera de la jornada. Para luego dar lugar a la que faltó. Esto es ponerle valor monetario a nuestros sistemas de producción caros en insumos, pero mucho más cuando estos insumos se valoran por lo que debe pagar el productor por ellos. Analizar luego la competitividad de nuestras industrias lácteas y su participación en los mercados internacionales. Competitividad que le permitiría trasladar mejor los precios internacionales al productor. Todos temas que ponen en el foco del análisis las políticas sectoriales y macro económicas que hacen a la competitividad del agro negocio lechero, como de todos los demás rubros de la agropecuaria.

En las actuales circunstancias particularmente dramáticas para los lecheros, el foro quedó en debe al no haber hecho un espacio para su análisis. Aunque más no fuera como catarsis…

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