Recientemente, se ha publicado un estudio comparativo de sistemas de ordeñe robotizado y convencional base pastoril de Australia (Gargiulo et al., 2020). Tuvieron por objetivos comparar variables físicas y económicas e identificar oportunidades de mejora en productividad y rentabilidad en los sistemas de ordeñe robotizados.
Los resultados mostraron que la rentabilidad (medida como beneficio antes de intereses e impuestos y como rentabilidad sobre el capital total) fue en promedio similar para ambos sistemas. Sin embargo, se encontró también una gran variabilidad entre tambos.
En el estudio no se encontraron diferencias en producción de leche, lo cual creen podría explicarse por la falta de diferencia significativa entre sistemas en relación a la frecuencia de ordeñe y al consumo de materia seca. Tampoco hubo diferencias en la utilización de pasturas y se hipotetizó que una mejora de este indicador podría tener un impacto positivo en la rentabilidad de los sistemas.
Por otro lado, si bien es común que los productores inviertan en sistemas de ordeñe robotizados para solucionar una problemática relacionada a la mano de obra, ellos informaron que en promedio, ambos sistemas tuvieron similar eficiencia de mano de obra, similar número de empleados y costo de los mismos. También comentaron que la gran mayoría de los productores no adopta estos sistemas para reducir la cantidad de mano de obra, sino para lograr beneficios asociados a tareas y rutinas más flexibles y menos físicas.
En relación con las oportunidades de mejora, si bien los sistemas base pastoril robotizados pudieron lograr similares resultados productivos y económicos que los sistemas convencionales, en los primeros existen mayores intereses, depreciación y costos del equipamiento y mantenimiento del mismo. Por esto resulta muy importante la optimización de la utilización del capital invertido. Si bien el promedio de los tambos logró una producción de leche de 1073 kg/robot/d, con un rango que iba desde 597 hasta 1367 kg, el potencial podría estar más cercano a los 2000 kg/robot/d. Los productores más eficientes pueden diluir los costos de depreciación, intereses y mantenimiento con una mayor producción por robot. Los autores destacan que, entre las variables que pueden ser mejoradas por el productor se encuentran: número de vacas/robot, frecuencia de ordeñe/vaca y producción de leche/vaca.