Hay sensores electrónicos que permiten detectar los animales en celo, monitorear la temperatura y el peso corporal, además de medir la producción y la calidad de la leche en tiempo real.

Las tecnologías de sensores llegaron para revolucionar los sistemas de producción y generar un cambio de paradigma en el manejo reproductivo, sanitario y nutricional del rodeo lechero. Desde el inicio de la lechería como sistema de producción de alimentos, a fines del siglo XVIII, el tambero conocía, ayudado por el reducido tamaño de las explotaciones, la producción de sus vacas, su comportamiento posparto y su estado de salud y reproductivo.

Sin embargo, el avance de la producción lechera resultó en un incremento del tamaño de los rodeos y de las producciones individuales. Fue así como se pasó del ordeñe manual al mecánico y año tras año se incorporó una gran cantidad de tecnologías en equipamiento y procesos que fueron cambiando el manejo del tambo.

Hoy la incorporación de tecnología de sensores (dispositivos electrónicos generalmente ubicados en collares o caravanas que envían datos a una PC o a un smarthphone), permite la medición de la producción y de la calidad de leche, la actividad de cada animal, el tiempo de pastoreo y rumia, la temperatura y el peso corporal. Algunos llegan a medir hasta la concentración de metabolitos y hormonas en la sangre. Todo en tiempo real. Estos sensores generan enorme cantidad de información, precisa e inteligente, para una mejor toma de decisiones en el negocio lechero.

Además, la lechería de precisión incluye el uso de tecnologías de la información y de la comunicación para un mejor control de la variabilidad en aspectos finos del animal y en los recursos, con el fin de optimizar la performance de explotaciones lecheras en lo social, en lo económico y en lo ambiental.

Todas estas herramientas permiten obtener, como se dijo inicialmente, información precisa sobre la salud, la reproducción y la nutrición de las vacas, que no solo contribuye a la toma de decisiones rápidas, sino a generar datos que puedan ser aprovechados para el desarrollo de índices genómicos de salud, que existen en la actualidad, pero que podrán ser mejorados con la información generada por estos dispositivos. Todo esto va a contribuir a una selección genética más precisa y a poder desarrollar rodeos más sanos, productivos y rentables.

En el campo

En los sensores de movimiento, que permiten determinar actividad, rumia, temperatura corporal, etc., hay numerosas opciones en collares y caravanas electrónicas que permiten determinar el patrón para cada uno de estos aspectos. Estos datos permiten detectar las vacas en celo y las horas de inactividad, y hacer diagnóstico de enfermedades posparto.

El método histórico de detección de celo fue la observación visual con la utilización de la regla AM-PM; luego aparecieron los métodos de ayuda como pinturas y parches; posteriormente surgieron los protocolos para inseminación artificial a tiempo fijo y recientemente aparecieron collares y caravanas electrónicas equipadas con acelerómetros, que son las tecnologías más potentes, ya que permiten el monitoreo en tiempo real.

En el mercado, estos dispositivos toman la versión collar o como caravanas electrónicas. Sin pretender describirlos a todos por cuestiones de espacio, se puede decir que las empresas más importantes proveedoras de máquinas de ordeñe como De Laval, GEA, Lely, Boumatic, etc. tienen soluciones de este tipo, acopladas a la medición de la producción diaria de leche y al manejo automatizado de la alimentación.

Los collares MSD también permiten detectar rumia y actividad, y pueden estar acoplados a medidores de flujo de leche y puertas de aparte. En la versión caravana electrónica, CowManager (Select Sires Inc.) consta de módulos de fertilidad, salud, nutrición y uno muy particular denominada Find my cow, que permite localizar la vaca en el establecimiento con grandes ventajas para realizar tareas como inseminación artificial, tratamientos sanitarios, etc. El sistema Affimilk tambien permite automatizar todos estos aspectos con su programa de soluciones avanzadas para la lechería, con automatización de sala de ordeñe e identificación de los animales.

Otro capítulo importante es la automatización de la alimentación en los galpones. Esta herramienta permite hacer más eficiente el trabajo en los patios de comida y en la preparación de las raciones, su administración y el manejo de los comederos. Existen robots que permiten acercar la comida a las vacas en los sistemas de compost barn o free-stall, asi como mantener limpias las calles de vacas y los comederos. A su vez, los sistemas voluntarios de ordeñe (con robots), permiten suministrar alimento balanceado para complementar los requerimientos del animal de acuerdo a su producción diaria de leche.

En la sala de ordeñe

En los últimos años, en la sala de ordeñe también se ha incorporado tecnología que facilita y mejora la calidad del ordeñe. Las empresas proveedoras de este equipamiento más conocidas tienen disponibles sistemas con medición de producción diaria, indicadores de flujos de leche, evaluación de la calidad del ordeñe y de las características de la leche. Los sistemas robotizados agregan la posibilidad de ordeñe voluntario, donde todos estos procesos están automatizados.

Por otro lado, la posibilidad de determinar el peso corporal de las vacas en ordeñe, si bien aparece como una tecnología poco adoptada, tal vez porque puede parecer compleja, es una herramienta fundamental para formular la ración en forma precisa y para evaluar consumos de materia seca y pérdida de peso durante los picos de producción.

La evaluación automática en línea de la composición de la leche otra tecnología de mucho interés en países especializados en la producción de quesos. Permite individualizar animales con alta y baja calidad de leche, monitorear la salud de la vaca, y en particular, separar leches, en tiempo real, de diferentes calidades con propiedades para producir quesos de determinadas características dentro de un mismo tambo.

Para la medición de producción diaria de leche -sin lugar a duda una herramienta fundamental en la evaluación de la performance del rodeo lechero- existen alternativas para adoptar en sistemas de ordeñe convencional y robotizado. La posibilidad de medir la producción de cada vaca en cada ordeñe, y también algunas características de la leche, como la conductividad, es una gran herramienta para la toma de decisiones.

Estos sistemas no solo miden la producción de leche, sino que permiten evaluar su flujo por minuto y el tiempo que tarda cada vaca en ordeñarse. Algunos sistemas de ordeñe, además de los retiradores automáticos de pezoneras, han incorporado la preparación de la ubre, estimulación y sellado automático en la búsqueda de una excelente rutina de ordeñe.

Las máquinas de ordeñe pueden estar equipadas con sensores que permiten detectar casos de mastitis. Uno de ellas da la posibilidad de detectar el cambio en la conductividad eléctrica, que posibilita detectar las modificaciones en la permeabilidad capilar sanguínea que se produce durante la mastitis. Otros sensores detectan enzimas (por ejemplo, I-Lactato deshidrogenasa) o cambios de color (reflexión o generación de luz) que aparecen como respuesta a la infección. Recientemente se han desarrollado sensores que detectan el aumento en el conteo de células somáticas, tanto midiendo en la formación de gel (comparable al popular California Mastitis Test), como por medidas físicas del flujo de leche o por fluorescencia.

La información de estos sensores, en coordinación con los que determinan producción de leche, composición, rumia, actividad, peso corporal, pH ruminal, etc., podrían dar lugar a algoritmos que permitan determinar con mayor precisión la presencia de diferentes grados de mastitis. Esto posibilitaría determinar qué vacas necesitan atención inmediata, qué vacas pueden esperar, cuáles necesitan atención al secado y monitorear la salud de la ubre a nivel de rodeo.

Instrumentación práctica

La incorporación de estas tecnologías requiere un esfuerzo económico para el productor, que le significa un desafío al momento de tomar la decisión de por dónde empezar pensando en el corto, mediano y largo plazo. Para ello pueden colaborar profesionales -veterinarios, ingenieros agrónomos, zootecnistas, nutricionistas, consultores especializados- y productores con experiencia, con el auxilio de publicaciones especializadas.

En un trabajo publicado en el Journal of Dairy Sciences en 2015, se informó la incorporación de estas tecnologías en Estados Unidos. La medición de la producción diaria de leche había sido adoptada por el 52,3% de los productores; la actividad de la vaca era medida por el 41,3%; la detección de mastitis era empleada por el 25,7%; la composición de la leche era medida por el 24,8% y la detección de celo era utilizada por el 21,1%. En el rubro “Otros” (10-12%) aparecían determinaciones de consumo de alimento, temperatura y peso corporal y, en menor medida, actividad ruminal, posición y ubicación de la vaca, comportamiento durante el descanso, masticación, salud de pezuñas y rengueras, frecuencia cardiaca, condición corporal, emisión de metano, frecuencia respiratoria y pH ruminal.

En la decisión práctica, algunos factores que van a influir en la adopción de estas tecnologías son la evaluación del costo-beneficio en cada caso, la complejidad de instalación y uso, y el servicio técnico y de entrenamiento de los usuarios.

Otra de las claves en la incorporación va a ser la integración con interfases entre cada uno de los sensores, puertas de aparte y softwares de manejo para simplificar la tarea del productor y de sus operarios. Esto permitirá el análisis de los datos recopilados. Un ejemplo de esta necesidad es la creación del Dairy Brain program, en el departamento de Ciencias Lecheras de la Universidad de Wisconsin.

En síntesis: es importante que el productor se asesore en forma integral para tomar la decisión correcta al momento de incorporar este tipo de tecnologías pensando en el corto, mediano y largo plazo. La información que generan estos sensores deberá ser integrada y, a partir de algoritmos, conformar la llamada Inteligencia Artificial que permite mejorar la toma de decisiones para conducir a un mejor bienestar animal, a mayor rentabilidad del sistema y a la sustentabilidad de los tambos a largo plazo.

El autor es responsable de Reproducción en Select Sires & Juan Debernardi

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