La familia Montechiari tiene un tambo de 1200 vacas en Monte Maíz, Córdoba. Keysi es gerenta general del establecimiento, pero hasta hace poco estaba muy lejos de trabajar en el campo.
La joven estudió biología y comentó que solo iba al campo dos veces al año a las guacheras. “No me atraía para nada lo que era tambo”, comentó a Agrofy News.
Sin embargo, la robotización del tambo la hizo cambiar de idea. Actualmente, el establecimiento cuenta con 670 vacas en tambo convencional y entre 460 y 470 animales en un establo, con ocho robots.
Para Keisy, la robotización y la tecnología son el camino para seducir a la juventud. En el tambo, planea llevar 2000 vacas bajo ordeñe robótico. La posibilidad de administrar horarios y rutinas se plantea como la salida para que haya más tambos.
“Nunca tenía la constancia de ir al tambo. Quizás iba una o dos veces al año. Cuando me recibo de bióloga, mi familia hace la inversión de la compra de los robots, entonces, creí que era el momento de ver si iba a optar por el trabajo de mi familia o iba a terminar haciendo algo totalmente distinto”, contó.
En ese momento, Keisy se fue a hacer una pasantía a Estados Unidos y luego a Holanda donde trabajo en una empresa de robots para tambos.
“Ahí me convencí totalmente. Volví y a la semana estaba en Monte Maíz arrancando. Si no hubiesen estado los robots, la verdad que yo no me veía en un tambo convencional”, señaló en el marco del Congreso Lechero Crea.
Por último, comentó que aplicar robots y tecnología es lo que va a permitir que los jóvenes vayan a trabajar al sector. “La lechería argentina tiene un problema gravísimo que es conseguir personal adecuado para que trabaje porque a quién le gusta ir un sábado a las 3 de la mañana a ordeñar. A nadie”, agregó.