ASAJA defiende la importancia y el potencial productivo del sector del vacuno de leche de Castilla y León, con granjas punteras en innovación y sostenibilidad, por lo que pide unos precios rentables y estabilidad en los mercados para que los ganaderos sigan invirtiendo en redimensionar y modernizar sus explotaciones.

Castilla y León es una zona privilegiada para esta ganadería porque posee superficie, cultivos que sirven como alimento base de esta cabaña, cultura ganadera, e industrias con capacidad para transformar toda la producción.

Castilla y León es la segunda comunidad autónoma de España en producción de leche, solo superada por Galicia. Nuestro modelo de explotación es muy profesionalizado, como demuestra que la media de entregas por granja casi doble la nacional.

PALENCIA, SEGUNDA PRODUCTORA REGIONAL. Por su parte, la provincia de Palencia es la segunda productora de Castilla y León, con prácticamente una quinta parte (19,14 %) del total regional, sólo superada por la provincia de León que genera una cuarta parte (25,17 %) de la producción del vacuno lácteo de Castilla y León.

Esta comunidad autónoma reúne condiciones muy favorables para el sector vacuno lechero: su amplio territorio, en el que además se produce la materia prima necesaria para la alimentación del ganado, como maíz y forraje; la experiencia y conocimiento del sector ganadero y la sólida implantación de una industria láctea propia de la comunidad autónoma, con capacidad y compromiso de recibir toda la leche que se produce, lo que simplifica problemas de transporte y permite una cadena más eficiente.

FALTA DE RELEVO. En el lado negativo, hay que destacar el gran sacrificio realizado por muchos ganaderos que han abandonado la actividad sin relevo. Hace diez años (2014), Castilla y León contaba con 1600 explotaciones de vacuno de leche, cuando actualmente sólo son ya 683. Es decir, se mantienen poco más del 40 %, un ajuste más intenso que el experimentado en el conjunto de España, donde hoy permanece aproximadamente el 55 % de las granjas que existían hace una década.

Esta reducción del número de explotaciones, sin embargo, no se ha traducido en una pérdida productiva, ya que los litros de leche se han mantenido, e incluso aumentado, cumpliendo los más exigentes umbrales de sanidad, calidad y sostenibilidad, gracias a un sector cada vez más eficiente y profesionalizado, con unos rendimientos de producción de leche por vaca lechera que figuran entre los más altos del país y de Europa.

PRECIOS JUSTOS. ASAJA tiene plena confianza en el futuro del sector de leche de vaca en Castilla y León, «que en buena lógica debería aspirar a incrementar su producción, puesto que España es históricamente deficitaria en leche y lácteos, para lo que sería esencial una industria dinámica que apueste por la exportación y por abrir nuevos mercados en el exterior, porque los ganaderos están preparados para producir más», según explica nuestro presidente regional, Donaciano Dujo, quien advierte, no obstante, que «cualquier proyección de futuro precisa de un elemento esencial, un precio justo para la leche, puesto que sin rentabilidad no se sostiene la producción».

Hoy día el vacuno de leche exige una gran capacidad de inversión y de trabajo. También es un sector que crea empleo y que necesita trabajadores. Uno de los problemas actuales, precisamente, es su dificultad para encontrar personal asalariado y, sobre todo, lograr fidelizarlo. Con frecuencia, cuando está formado, se traslada a vivir a un entorno urbano, no porque los sueldos sean mejores, sino porque en las ciudades disponen de condiciones sociales y servicios que no siempre existen en el medio rural.

ASAJA quiere insistir, finalmente, en la necesidad de que simplifique la asfixiante burocracia para que los ganaderos puedan dedicarse a su trabajo, que es producir alimentos, generando además actividad económica y empleos directos e indirectos en el medio rural.