El mercado lechero en los departamentos de Córdoba y Sucre mostró en octubre un comportamiento paradojal: mientras la industria incrementó el volumen de leche recolectada, el precio pagado al productor retrocedió, afectando de forma directa los ingresos del sector primario.
De acuerdo con datos del Observatorio de Precios y Costos Agrarios (OPCA), el acopio formal pasó de 4,3 a 4,5 millones de litros respecto de septiembre, lo que representa un aumento mensual del 4,4%. Este crecimiento estuvo explicado casi en su totalidad por Córdoba, que aportó cerca del 97% del volumen adicional recolectado en la región.
A nivel nacional, la tendencia fue similar: el acopio total subió de 279 a 286 millones de litros. Sin embargo, en otros departamentos del Caribe colombiano la recolección mostró leves caídas, tanto en la comparación mensual como interanual.
Pese al mayor volumen, el precio recibido por los productores no acompañó esa mejora. El índice de precio pagado al productor sin bonificaciones cayó de 196 puntos en septiembre a 183 en octubre, mientras que el valor con bonificaciones descendió levemente de 209 a 208. En términos reales, esto implica una pérdida de poder adquisitivo frente a los costos de producción.
En valores corrientes, el precio sin bonificación en Córdoba bajó de 1.829 a 1.682 pesos por litro. En Sucre, el retroceso fue aún más marcado: el valor cayó de 1.590 a 1.568 pesos por litro, uno de los niveles más bajos registrados en el año y por debajo de referencias oficiales previas.
El impacto se reflejó con mayor fuerza en los ingresos totales. En Sucre, por ejemplo, el valor global percibido por ventas de leche pasó de 1.687 millones de pesos en octubre de 2024 a apenas 1.267 millones en el mismo mes de 2025, una caída que compromete la estabilidad económica de los pequeños productores.
Desde el sector gremial advierten que la situación es especialmente compleja para quienes manejan menores volúmenes diarios. Mientras los productores más grandes logran mejores precios por litro, los pequeños quedan más expuestos a la baja y a la falta de previsibilidad. Esta combinación de mayor oferta, precios débiles y costos elevados alimenta el riesgo de un crecimiento de la informalidad en la comercialización.
Aunque hacia fin de año comenzaron a aparecer señales de recuperación vinculadas a la estacionalidad y a la llegada del verano en la región Caribe, el rezago de octubre dejó en evidencia que el aumento del acopio no garantiza, por sí solo, una mejora en el ingreso del productor. La persistente volatilidad de precios sigue siendo uno de los principales desafíos para la lechería regional.
Fuente: CONtexto Ganadero
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