Una historia que se repite
El deterioro de Verónica no es nuevo. En 2019, la empresa ya había atravesado un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), desde entonces, su operatorio se movió con altibajos, pero sin lugar a dudas la actual crisis en la más compleja que ha atravesado, ya que pasó de procesar 700.000 litros diarios a apenas unos 200.000 antes del nuevo freno total.
Actualmente, la empresa mantiene una deuda bancaria cercana a los $8.000 millones, registrada en situación 1 ante el BCRA. Entre los principales acreedores figuran el Banco Nación, Galicia, Santander, y entidades financieras no bancarias. Pero el problema más apremiante está en la falta de liquidez operativa y la imposibilidad de sostener la producción sin asistencia externa.
Sin señales desde la conducción
Mientras los trabajadores continúan asistiendo a sus puestos sin tareas asignadas, la conducción de la empresa se mantiene en silencio público. Algunas versiones indican que directivos mantuvieron contactos con funcionarios del Banco de Santa Fe y que hubo una visita fugaz a Clason por parte de miembros de la familia Espiñeira, pero no se comunicó oficialmente ninguna propuesta de solución.