El primer día que salió a la carretera, hace ya diez años, José Manuel Rial vendió 10 botellas de la leche que daban sus 20 vacas. Hoy reparte desde Frixe, en Muxía, 8.000 litros casa semana y está a punto de sacar una línea de yogures, con los que ya tiene apalabrado el abastecimiento del colegio de Os Muíños.
Se pasa más horas en la furgoneta que en la granja, es el precio que debe pagar por tener clientela en dos rutas, una que llega hasta Carballo o otra con la que se desplaza a Serra de Outes y que le ocupa casi doce horas dos días a la semana. Tampoco le van mal las cosas a José Manuel Suárez, que arrancó hace tres años.
Para la hostelería ha implantado las bolsas de 10 litros y ha entrado en Inditex, primero abasteciendo a un comedor. En unos días se incorporará un segundo.
Sigue con la elaboración de quesos artesanales, por encargo, y seguirá en esta línea a la que le ha llevado la producción de sus 40 vacas. El crecimiento está siendo espectacular, cada mes incorpora una media de entre 5 y 6 nuevos clientes.
En una zona de ganadería intensiva como la Costa da Morte, que solo 60 vacas puedan sostener a cuatro familias es una heroicidad, que tiene mucho que ver con el aumento de la demanda cada vez mayor de una alimentación más sana. La leche de Moreira y de O Rosal son garantía de ello.
Fonteboa
Los responsables de las dos granjas, de las que ahora solo sale leche directa para el consumo, estuvieron ayer en el espacio Voces do Agro, de Radio Voz Bergantiños, que conduce Luis García.
José Manuel Suárez, de A Laracha, reconoció que había iniciado su andadura en el curso de elaboración de lácteos que organiza el centro y al que ahora quiere volver para informarse mejor sobre la elaboración de yogures.
Podrá hacerlo a mediados de febrero, cuando se realiza una nueva edición. Además, las personas interesadas en seguir los pasos de Suárez y Rial deberían completar la formación con las jornadas de sobre estrategias de comercialización de productos agroalimentarios, en las que colabora la Fundación Juana de Vega y se celebrarán a principios de febrero.
Ambos ganaderos asistieron además a la convocatoria del GDR que reunió en Baio a productores de la zona y responsables comedores escolares para mejorar la dieta de los niños y apoyar a los granjeros de la Costa da Morte.
Pasto, hierba seca, silo de maíz y caricias
La leche fresca es delicada. La pasteurización es un procedimiento muy respetuoso, que, como tal, no enmascara los sabores, por lo que las vacas no pueden comer cualquier cosa. Un error en la dieta puede suponer un cambio en el gusto, por lo que el menú está muy vigilado.
José Manuel Rial y su padre José Francisco han dado con una fórmula que solo permite el silo de maíz, la hierba seca y, sobre todo, el pasto natural, porque las reses cuya leche se bebe con el mínimo tratamiento necesario salen a pasear todos los días, siempre que el tiempo no lo impida.
En A Pereira, en Erboedo, incluso reciben cariñitos, gustosas caricias en la testuz. No está probado que la leche sea así más sabrosa, pero la fidelidad de la clientela indica que algo debe tener cuando la bendicen.
El litro de leche de Erboedo y Frixe se vende a 1 euro el litro, puesto en casa, pero hay descuentos por cantidades, aunque los que compran este producto buscan más calidad que precio.
Es el caso de restaurantes reconocidos o pastelerías como Roiser, de Coristanco, que elabora sus propias cremas con lo mejor de las vacas de los Rial. La leche delicatesen es el objetivo de las dos explotaciones que buscan ser las mejores de Galicia.
