El posible desembarco estatal en el frigorífico Friar y la láctea Arsa, reconfiguraría el mapa productivo de ambos sectores. En tanto, para la Algodonera Avellaneda se espera una reactivación de la actividad.
Entre las líderes. ARSA es la dueña del segmento de postres y yogures de la cooperativa SanCor. A su vez, Friar, con dos plantas de faena se ubica en el top ten de los mayores procesadores de carne de la Argentina.

El Gobierno puso un plazo concreto para evaluar los pasos a seguir: 60 días. A partir de ese momento se conocerá si la intención es también avanzar sobre otras empresas del Grupo Vicentin. Una decisión de gran impacto para diversos sectores productivos, que van desde la industria frigorífica, pasando por la producción vitivinícola y el algodón, hasta el negocio lácteo, entre otros.
El propio Alberto Fernández aclaró ayer que la intervención de Vicentin y el proyecto de expropiación girado al Congreso, comprende, en primer término, a la firma agroexportadora que actualmente está en concurso de acreedores, pero también mostró voluntad política de sumar en este plan a otras empresas del Grupo que enfrenta un complicado panorama financiero y judicial.
Concretamente, Vicentin Family Group tiene bajo su órbita un entramado de diversas empresas, la mayoría relacionada con el negocio agropecuario y de los alimentos. La nave insignia es Vicentin SAIC, dedicada al procesamiento y exportación de granos y donde hoy el Gobierno ya tiene un pie.
En orden de importancia para el negocio agroalimentario local, le sigue la firma Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA), dedicada a la industria láctea luego de comprar la operatoria de postres y yogures de la cooperativa SanCor en 2016. Vicentin pagó por esta unidad de negocios u$s100 millones y en aquel momento incluso le ganó la pulseada a la multinacional Coca-Cola.
ARSA tiene bajo su órbita a dos plantas industriales ubicadas en las provincias de Buenos Aires y Córdoba donde produce postres y yogures de la marca SanCor, muy reconocidos por los consumidores locales. Durante el año pasado su facturación alcanzó los $3.700 millones y a diciembre, tenía una participación en el mercado de yogures del 17,3% y en postres del 31,5%.
El posible desembarco del Gobierno en esta compañía resultaría de gran impacto para el negocio lácteo local donde operan firmas tales como Mastellone Hnos., Arcor y Danone, entre otras. En primer término, porque todas y cada una de ellas son formadoras de precio no solo en la góndola sino también del litro de leche que se le paga al productor tambero.
Al mismo tiempo, esta iniciativa, según ya especulan en el sector lácteo, podría traer aparejado también algún tipo de “oxigeno” para la cooperativa láctea SanCor, que continúa con profundos inconvenientes económicos a pesar de haber vendido gran parte de sus unidades productivas.
Un lugar destacado también ocupa la firma Friar, el brazo frigorífico del Grupo Vicentin. La compañía cuenta con tres plantas de faena y una de elaboración de chacinados y supercongelados, localizadas en la provincia de Santa Fe.
Durante el año pasado faenó más de 240.000 toneladas, lo que la ubica en el ranking de las 10 principales industrias procesadoras de carne de la Argentina y alrededor del 85% de su producción tiene como destino el mercado interno e incluso es beneficiario en el reparto de la cuota Hilton.
La empresa cuenta además con más de 20 locales de venta directa al público, distribuidos en diversas provincias. Este modelo de negocios, podría convertirse en un “arma clave” de abastecimiento del mercado interno, al tiempo que le brinda la posibilidad de sentarse en la mesa chica exportadora de la industria cárnica local, según detallan fuentes del sector.
Asociado también al rubro cárnico Vicentin tiene bajo su órbita el feedlot “Los Corrales de Nicanor”, donde engorda parte de los animales que faena y presta servicio de hotelería a productores ganaderos.
Con menor impacto económico en el ámbito agroalimentario, pero no en el regional, se encuentra la empresa Algodonera Avellaneda, que incluso fue mencionada por el presidente de la Nación en conferencia de prensa, a la hora de anunciar a la intervención de Vicentin.
Dedicada al acopio, desmotado; hilado y tejido; confección de prendas de vestir y fabricación de algodón hidrófilo, Algodonera Avellaneda, tiene plantas de desmote en Chaco (Gral. Pinedo y Villa Ángela), Santiago del Estero y Santa Fe (Avellaneda), más una hilandería en esta última localidad.
Esta empresa también detenta una complicada situación financiera e incluso tuvo que parar su actividad a comienzos de año por falta de materia prima. Su revitalización sería clave para la producción de algodón local.
Finalmente, la bodega Vicentin Family Wines, ubicada en Mendoza y que tiene líneas de vino de gama media y alta, está categorizada en el rubro como una empresa de rango medio con ventas de alrededor de 1 millón de botellas al año, el 60% en el mercado interno. En este contexto, en el sector miran con atención a su coterránea la senadora a nacional Anabel Fernández Sagasti, quien gestó el proyecto de intervención de la compañía agroindustrial.

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