La Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas explica en este comunicado la situación vivida en los últimos días, en medio de las medidas de fuerza dispuestas por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, que pusieron en riesgo a la materia prima, a los productos lácteos y que daña a todas las empresas del sector.
El miércoles pasado a las 17 horas, Atilra anunció un quite de colaboración en todas las plantas lecheras del país e instó a sus afiliados a no asistir a los lugares de trabajo durante los feriados del 9 y 10 de julio, e incluso durante los días 11 y 12 del fin de semana.
A esa hora todas las fábricas tenían planificadas las instancias de producción de este inusual y largo fin de semana, para procesar los más de cien millones de litros de leche que ingresarían a las fábricas en ese plazo. Los turnos estaban programados, el personal preparado para asistir, cobrando como corresponde más de ocho mil pesos por cada jornada laboral especial, e incluso cubriendo como se viene haciendo durante el aislamiento social obligatorio, a los compañeros que corresponden a grupos de riesgo frente a la pandemia de coronavirus.
Ayer, domingo 12 de julio, no conforme el gremio con las complicaciones generadas desde el jueves, se declaró un paro total de actividades por 24 horas, que comenzó a regir con este lunes.
Esta injustificada medida de fuerza puso en riesgo a más de 50 millones de litros de leche cruda, la recolección en los tambos, el procesamiento y distribución de los productos lácteos, para no desabastecer a los puntos de venta y atender a la demanda de los consumidores.
En medio de una crisis sin precedentes a nivel mundial, donde los alimentos escasean, hecho que se evitó en nuestro país durante estos más de tres meses, Atilra decidió en forma unilateral ir contra el Gobierno, los consumidores, la industria láctea y los tambos, sin una instancia de negociación previa.
La leche es perecedera, se arruina si no se procesa, por lo tanto, resulta inconcebible determinar un paro de cinco días que pone en riesgo a unos 500 millones de vasos de leche, que representan el alimento de 50 días para todos los niños del país.
Atilra justifica esta absurda medida por la negativa del Centro de la Industria Lechera y de APYMEL de abrir la paritaria, sin embargo, es el Gobierno el que solicitó que no se discutan los salarios mientras dure la pandemia, al tiempo que se solicitó a la industria alimentaria trabajar en las capacidades máximas para que no falten productos.
Los precios de los lácteos están congelados desde hace más de cinco meses, por decisión oficial, y en este contexto es imposible sentarse a negociar un aumento, ya que tampoco hay alzas en los valores de la materia prima en los tambos con relación a la inflación.
Los sueldos de bolsillo de los trabajadores de la industria láctea superan en promedio los 80 mil pesos. Esto ubica al sector entre los de mejores ingresos para sus trabajadores en todo el país.
APYMEL denuncia que determinar medidas de fuerza unas seis horas antes del inicio de un fin de semana largo es actuar de mala fe y agregar un paro total por 24 horas más, es reiterar la actitud, porque el objetivo fue maximizar el daño y que se tire leche, con la intención de culpar a las industrias por esa consecuencia, que se logró evitar.
Ahora con el pedido de una conciliación obligatoria que debieron hacer el CIL y APYMEL, porque el Gobierno no intervino antes, tendremos 15 días sin medidas de fuerza y un encuentro el viernes, cuando se podrán plantear formalmente los reclamos y las realidades, contrastando pedidos fuera de lugar para el momento que vive el país y que la propia administración nacional destaca.
Tener actitudes sinceras, bien intencionadas, que apunten a mejorar y conservar las fuentes laborales es una forma esencial de continuar los vínculos positivos entres las cámaras industriales y los representantes de los trabajadores.
En los últimos meses APYMEL recibió todo tipo de agravios en relación a la búsqueda de un aumento salarial, pero también de los aportes directos al gremio con destino a la obra social, que no estamos dispuestos a aceptar ya que nos manifestamos convencidos que la negociación a través del diálogo es la manera de acercar posiciones y aliviar las diferencias.