La dueña de La Serenísima sigue optimizando los números y cerró el primer semestre con una mejora fuerte en su situación financiera. Estrategia de negocio.

A contramano de la instancia de dificultades que atraviesa buena parte de las principales alimenticias del país, Mastellone sigue optimizando su estrategia financiera y comercial de forma tal de volver a estar a tiro del punto de equilibrio. Mientras, en simultáneo, sigue generando nuevos negocios para su marca-emblema La Serenísima.

La compañía cerró la primera mitad del año con una refinanciación exitosa de su deuda financiera y en el seno de la firma interpretan ese movimiento, combinado con una rentabilidad en etapa de recuperación, como el primer tramo de una tendencia positiva que se iría consolidando con el correr de los meses.

A fines de junio, Mastellone completó de la mejor forma el proceso de canje de sus Obligaciones Negociables Serie F por un monto de 200 millones de dólares. Desde la compañía detallaron a iProfesional que el objetivo fue alcanzado mediante una compleja transacción que comprendió un mix de distintos instrumentos financieros.

“Entre los mismos podemos citar: la emisión de un nuevo bono internacional por un monto de casi 111 millones de dólares y la colocación, por primera vez en la historia de la compañía, de Obligaciones Negociables en el mercado de capitales de nuestro país por un equivalente a 45 millones de dólares”, indicaron desde la láctea, para enseguida destacar que la firma obtuvo “un financiamiento bancario externo de largo plazo por 50 millones de dólares otorgado por Coöperatieve Rabobank U.A.”.

La refinanciación incluso se cerró con un ahorro de hasta 6 millones de dólares para la compañía. Esto, a partir de un acuerdo que concluyó con una reducción del 3 por ciento en la tasa anual. El éxito en el pacto rubricado resulta interpretado dentro de la empresa como un paso más en la recuperación de los números en un contexto de pandemia que, indiscutiblemente, lo complicó todo.

En ese marco, el control de precios profundizado por el Gobierno jugó en contra del rendimiento de La Serenísima sobre todo durante 2020. En un contexto de inflación disparada, la láctea sólo tuvo aval para impulsar incrementos del orden del 5 por ciento en algunos de sus productos. “Ese impacto en la rentabilidad empezó a corregirse sobre todo en 2021 a partir de distintas acciones”, comentaron a este medio fuentes cercanas a la compañía.

El impacto de Precios Máximos pegó de lleno en la caja de la láctea, en tanto Mastellone a diferencia de otros jugadores del mercado, destina 80 por ciento de su negocio fronteras hacia dentro.

“Es una empresa argentina que sigue apostando por el mercado interno. La situación económica de la empresa es sólida y eso quedó demostrado en una renegociación de deuda que se hizo sin problemas más allá de que veníamos de atravesar un año muy duro”, dijeron las fuentes.

Durante 2020, a pesar de las dificultades imperantes, Mastellone se las ingenió para poner en el mercado 38 nuevos productos lácteos, además de sumar 37 destinos comerciales fuera de la Argentina.

“Se llegó a Senegal con dulce de leche, y la empresa consolidó su éxito en Chile y Uruguay con su propuesta en bebidas vegetales. Hay una apuesta por seguir sumándole valor agregado a lo que se vende al exterior. Que no sea sólo leche, sino también queso, dulce de leche, justamente”, precisaron.

El último año también viene siendo de mejora en el precio que la firma paga a los productores que la abastecen de leche. “Mastellone compra el 13 por ciento de la leche que se genera en la Argentina y el precio se recompuso a partir de esta preocupación de la empresa por mejorar la situación de toda la cadena”, se indicó.

Operar en pandemia

Con un nivel de procesamiento del orden de los 3.000 millones de litros de leche anuales, la compañía opera a partir de una estructura de 3.500 empleados directos, cerca de 10.000 colaboradores indirectos y al menos 70.000 puntos de venta.

A lo largo de la pandemia, Mastellone nunca paró: activó un comité de crisis con foco en el Covid-19, implementó las medidas sanitarias recomendadas en sus instalaciones y promovió tanto el teletrabajo como la labor mixta. Su labor en plantas como las de Trenque Lauquen o Villa Mercedes, por mencionar dos casos, se mantuvo con total normalidad.

Eso sí: para adaptarse al nuevo contexto, y dado los requerimientos del escenario, la firma activó una inversión del orden de los 195 millones de pesos. La expansión del coronavirus incluso redundó en la contratación de personal temporal para cubrir la multiplicación de las licencias.

“La compañía se esforzó en seguir abasteciendo la mesa de los argentinos. Invertimos mucho en tecnología, siempre a partir de la apuesta por el mercado interno que se lleva adelante. Mastellone no es una compañía especulativa, que se retira del abastecimiento interno. Todo lo contrario. La apuesta es por la recuperación, precisamente, de ese mercado”, concluyeron las fuentes.

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